El entrenador del Ourense entonó el mea culpa. Luisito considera que su equipo tuvo un día para olvidar, pero sacó la cara por sus jugadores y asumió la responsabilidad. "Estuvimos muy mal en ataque y ellos se encontraron con el partido previsto gracias a dos goles en propia meta. En el primero, en un saque de banda, el remate toca en Capi, y el segundo, en una falta absurda, en el rechace volvió a tocar en Capi. Se encontraron con los goles porque si no el partido hubiese sido de cero a cero porque aunque estuviésemos jugando tres horas no íbamos a marcar. Las pocas que tuvimos no las metimos".

Luisito recalcó que la sombra de la decepción se cernió pronto sobre el partido: "Intuía durante la semana que podía pasar. Llevábamos una racha muy buena y pedí que el nivel de concentración tenía que ser altísimo y nos salió todo mal, pero lo que tengo muy claro es que ahora es cuando más hay que hay defender a este equipo porque si a principio de liga nos dicen que a nueve partidos del final íbamos a estar a seis puntos más el golaverage del quinto por abajo, hubiésemos firmado".

El técnico del Ourense recalcó que la competición en Segunda B no ofrece treguas: "Esto es una lucha sin cuartel hasta final de liga y hay equipos muy buenos. El Sanse es un equipo muy hecho, muy aguerrido, sabe a lo que juega, gustará más o gustará menos, pero en estas situaciones se sabe mover como nadie porque tiene futbolistas, que nadie se olvide, que jugaron en Primera. Por eso le doy un mérito tremendo a mi equipo por tener 38 puntos".

El técnico rojillo sostiene que el tropiezo no afectará a la moral del grupo: "Estábamos más cerca de arriba que de abajo, pero la realidad nos dice que tenemos que luchar por no bajar y si no bajamos será un logro enorme. Lo vamos a conseguir, pero no sin sacrificio y sin trabajo. No se pueden bajar los brazos por llevar un golpe tan grande como este. No esperaba llevarlo en casa, pero los resultados dentro de lo que cabe nos han favorecido, hay que seguir peleando hasta el final y el domingo vamos a una guerra a Alcalá. Aquí todo el mundo aprieta y nosotros, por llevar un golpe, no nos vamos a rendir".

En el recuento de errores, a Luisito le chirrió el atasco ofensivo: "Nos salió una primera mitad muy mala en ataque. Jugamos de mentira hasta tres cuartos de campo y no acabamos una jugada. Tuvimos la de Óscar, en la el portero dudó y le engañó, pero estuvimos muy espesos. Ellos se encontraron con el gol y en la segunda parte igual, salvo la que salvó Álex bajo los palos".

Entre lamentaciones por la derrota siempre protegió al plantel: "Seremos injustos si cargamos contra este equipo porque sé cómo se mata en los entrenamientos. Nos salió mal y el primer culpable esta aquí. Algo hice mal o les transmití mal. Le tenía mucho miedo a este partido, me daba mala espina. A lo mejor soy un cenizo, pero hay que seguir peleando y sumar seis puntos cuanto antes".

Luisito entiende que solo se ha perdido una buena oportunidad para zanjar la permanencia: "Ganar era el 80 % de la salvación. El Guijuelo perdió y el Zamora empató y le sacamos bastantes puntos, pero no nos podemos conformar con eso. Quiero que mi equipo gane y juegue bien porque la gente paga para eso y hoy no lo vio. No hay ningún tipo de disculpa, salvo que el rival se encontró con la fortuna que ya me gustaría tener a mí. Eso nunca nos pasa a nosotros, pero quedan 27 puntos y no se pueden bajar los brazos y de eso me encargaré yo. Lo intentamos todo, quitamos un central y si Noguerol mete la que tuvo, hubiese cambiado. No era el día".

El técnico reconoce que el nombre del rival pudo llevar al exceso de confianza: "A los futbolistas no se les puede reprochar nada. Tratamos de meter la máxima intensidad y concentración, pero cuando llevas una dinámica buena temes que pueda pasar eso. Como el Sanse no llama mucho, nos pasó como el día del Caudal. Se atravesó el partido desde el primer minuto, pensamos que éramos mejores que ellos y no lo somos. La cruda realidad es que te gana cualquiera y le ganas a cualquiera. Si no asumimos eso vamos mal. Hay que saber de donde venimos y ser conscientes de lo que es el equipo y no se le puede exigir más de lo que ahora mismo da".

Luisito se apuntó toda la responsabilidad en la derrota: "Me gustaría que hoy hubiese jugado mejor y que rindiera a mejor nivel, soy el primer jodido que hay aquí, y me dan ganas de pegarme cabezazos contra la pared, pero sería injusto señalar a un futbolista o al colectivo. Si hay que señalar a alguien, es al entrenador. Soy el único que no tengo disculpa porque algo mal hice".

Su último mensaje redundó en la dificultad que entraña cualquier partido de liga: "Era el primero que quería verme con 41 puntos y mirar hacia arriba, pero el Sanse tuvo su día y evidentemente cometimos errores. Hicimos una falta absurda en el segundo gol y cerramos mal el segundo balón, pero mi obligación es defender a mis futbolistas y sobre todo porque lo merecen. El grupo está muy jodido".