Un amo de casa intachable. El Club Ourense Baloncesto sumó ayer la séptima victoria consecutiva en el Paco Paz en el clásico autonómico contra el Breogán de Lugo (74-66) en otro final feliz de partido para los ourensanos. Hubo igualdad hasta el último minuto y medio, cuando alcanzó su apogeo la figura del recién llegado Ashton Gibbs. El base norteamericano demostró su categoría con siete puntos que encarrilaron la victoria ante un conjunto lucense que se vino abajo ante la convicción que demuestran ante sus aficionados los de Rafa Sanz.

El conjunto ourensano confirmó que es inabordable en casa, donde ha sumado siete de sus ocho victorias. Con el mismo balance se colocaron tras los resultados de la última jornada el Navarra y el Basquet Coruña y a tan solo una marcha un pelotón de equipos. Las distancias son más que salvables en el cometido de evitar la penúltima y la antepenúltima plaza, que condenan al play out de permanencia, siempre que el COB pueda mantener el espíritu indomable que ofreció ayer ante otros de los pesos pesados de la competición. El Breogán también terminó cayendo en un Pazo poblado por aficionados enfervorizados.

El derbi gallego no pudo tener peor inicio para los cobistas. En los siete primeros minutos encajó un parcial 0-10 debido a una mala dirección de juego de Rai López y Raúl Mena y con su máximo anotador, Nick Barbour, desactivado por el marcaje del excobista Ogirri.

El conjunto lucense estuvo perfecto con canastas de Ogirri, Schaftenaar y Winchester. La primera del COB llegó a través de Ogide y el contador ya se movió con mayor fluidez, aunque el primer parcial acabó con los lucenses por encima (11-18).

El COB reaccionó con la irrupción de Gibbs y Movilla. Barbour siguió sin dar señales de vida, pero los cobistas se metieron en el partido. Kedzo también anotó y en el minuto 15 se colocaban a tres puntos (19-22) ante un cuadro lucense que perdió inspiración ofensiva. Un triple de Movilla le dio la ventaja al COB a falta de dos minutos (25-24) y la primera canasta de Barbour, en el minuto 19, y Ogide ayudaron a mantener la dinámica hasta el final del primer tiempo. Con el reloj a cero, los árbitros concedieron un triple de Ogirri que puso el 32-31.

El equilibrio de fuerzas se mantuvo en la segunda parte. Toma y daca con enorme desgaste. El Breogán recuperó la iniciativa en el marcador, pero Barbour ya no se hizo esperar más. Dominaban los lucenses con las bazas muy marcadas, ya que apenas anotaban cuatro de los jugadores del plantel que ayer tuvo que dosificar Lisardo Gómez. El golpe de efecto llegó con un triple de Kedzo y un mate de Ogide que le dieron ventaja al COB (65-63) cuando la moneda ya estaba en el aire. La grada se entusiasmó y Gibbs tomó la batuta con maestría, asistiendo y dando un recital en el lanzamiento.

Con 68-63 a menos de medio minuto, Winchester acertó con un triple de larga distancia para mantener la incertidumbre, pero los cobistas no fallaron en cada una de las ocasiones que viajaron a la línea de tiros libres. El Pazo siguió siendo talismán y de los cinco partidos del tramo final de liga, tres se jugarán en ese escenario. El milagro de la permanencia o incluso de cotas mayores es factible, aunque el domingo, en Alicante, amenaza otra realidad.