Los tres puntos no son decisivos pero la presencia de un millar de aficionados del Oviedo en el estadio de O Couto poblará sus gradas como en las grandes ocasiones. En las últimas décadas han sido contados los desplazamientos masivos de aficiones rivales y siempre con la fiesta como denominador común. El 9 de mayo de 1998, más de 2.000 seguidores del Extremadura asistieron al triunfo que llevó a los de Almendralejo a Primera División. Fue la primera gran alegría de la vida deportiva de Rafa Benítez, al que le unen lazos familiares con Ourense.

Desde más allá de los límites autonómicos también llegó un buen número de aficionados del Sporting de Gijón cuando los dos clubes coincidieron en la categoría de plata (1998-1999) y en la Copa del Rey. Hubo escaramuzas entre radicales en la cita copera (24 de septiembre de 1998) que dejaron dos heridos, un policía y un aficionado. Los incidentes se repitieron dos meses después en liga y un aficionado visitante tuvo que ser ingresado en el hospital.

En partidos de liga desde que se creó la Segunda B, la Ponferradina fue el equipo que más aficionados movilizó y, los del Rayo Vallecano, los que más problemas crearon. En choques de rivalidad gallega, la afición del Pontevedra se lleva la palma entre las que en mayor número se han dejado ver por O Couto. Las primeras mareas granates tuvieron como destino el campo ourensano, primero en la temporada 2000-2001 -los rojillos se jugaban el título y los granates la permanencia y se beneficiaron de un empate- y en la 2002-2003, cuando unos 1.500 aficionados celebraron la clasificación para la fase de ascenso. Compostela y Racing de Ferrol también han arrastrado centenares de aficionados en los últimos tiempos.