Un gol de Nikola Potic desde once metros sobre la bocina sirvió al Frigoríficos del Morrazo para imponerse al MMT Seguros Zamora (22-21) y seguir enganchado a la lucha por una permanencia que, ahora sí, se ve un poco más factible. En un encuentro igualadísimo, con las defensas imponiéndose a unos desacertados ataques, el Cangas toma un soplo de aire que lo acerca a solo dos puntos de la salvación. La amargura de no haber podido superar el golaveraje particular (los cangueses perdieron 33-28 en el duelo de la primera vuelta) se compensa con el refuerzo anímico del épico triunfo y por el golpetazo que recibe un rival al que le espera un complicado calendario en la recta final de competición.

El Frigoríficos volvió a ganar desde la defensa. Lo hizo por convicción, por filosofía, pero también porque ofensivamente perdonó lo indecible. Los de Magí Serra generaron buenas opciones de lanzamiento, sobre todo en la primera parte, pero se estrellaron con su propio desacierto o con un Carlos Calle al que convirtieron en internacional.

Fue el conjunto visitante el que entró mejor al partido, explotando las acciones de Octavio Magadán y que en ese momento la fortuna le sonreía. La exclusión de Prieto (minuto 15) cambió la dinámica del choque, con un Cangas apretando más en defensa e inclinando hacia su lado el ritmo de partido. Sin embargo, el dominio que se veía en pista tardó algo más en traducirse en el marcador (4-6, 5-8, 9-8). Los zamoranos se aferraron entonces al electrónico para llegar con tablas al descanso.

Los errores continuaron repartidos en un segundo tiempo en el que la igualdad se mantenía (12-12, 13-13, 14-14), hasta que Potic primero y Chapela después dieron el tirón (16-14, minuto 43, con tiempo de Edu García). Pero cuando mejor lo tenían los locales, más los penalizaron sus fallos, con el Zamora volteando el marcador al contragolpe (16-17, minuto 48, con tiempo de Serra). El Cangas dio otro estirón (19-17, minuto 52), con Octavio enjugándolo (19-19). Calle dio ventaja a los suyos (19-20) y los empates se sucedieron. Con un minuto por delante y balón, los locales ejecutaron de forma deficiente una jugada ensayada y perdieron el balón. Tocaba defender pero la fortuna sonrió esta vez al Frigoríficos. Una recuperación, una salida desbocada al ataque y Potic armando el brazo desde el infinito para dibujar el 22-21 final y regalar un poco más de esperanza a los suyos. La permanencia aún es posible.