Dos puntos y, sobre todo, devolver la alegría y las esperanzas a equipo y afición. Eso es lo que ha supuesto para el Frigoríficos del Morrazo el triunfo del sábado ante el Bidasoa, un soplo de aire fresco en una batalla que se presume larga y complicada. "Son dos puntos que te dan aire, que te demuestran que estás haciendo un buen trabajo y te dan esperanzas e ilusión para seguir hasta donde podamos. Y después de tantos meses el club lo necesitaba", resume Magí Serra. El entrenador del conjunto cangués asume la importancia de la victoria y de recortar la diferencia con respecto a la salvación, pero también apunta que "al acabar el partido el vestuario estaba muy contento, pero ya pensando en el siguiente encuentro".

Los cangueses dejaron en solo 20 goles a un rival que promediaba más de 30 en sus últimos compromisos, exhibiendo un gran nivel defensivo. "Solo encajamos 8 goles en el primer tiempo. Es cierto que podíamos haber arreglado aspectos en ataque, pero si había que ganar 18-17 pues nos valía igual", señala el entrenador, que glosó por igual "el partido de Moyano, que dio lo que se esperaba de él" y de una defensa "sólida, basculante y muy fuerte". De hecho fue este rendimiento defensivo de los locales el que acabó desesperando al cuadro irundarra, que acabó cometiendo errores no forzados. "Lo hicimos sin realizar demasiadas faltas, sino estando donde debíamos. Provocamos las situaciones para que errasen, con lanzamientos exteriores forzados y sin dejarles una buena continuidad, lo que hacía que perdiesen balones", relata. Y mentalmente, añade, "eso castiga mucho más a los contrarios que si piensan que les estás pegando mucho".

Otro de los aspectos positivos del choque fue la aportación de jugadores que hasta el momento habían tenido un papel más testimonial. El caso más evidente de todos ellos es el de David Iglesias, que revitalizó a los suyos cuando entró en el primer tiempo con tres tantos consecutivos. "No jugaba muchos minutos pero supo estar ahí y aprovechó su oportunidad", señala. Otro ejemplo fue el de Ángel Rodríguez, que solo disputó un ataque, pero su entrada sirvió para forzar una exclusión. "Va aportando y sabe perfectamente lo que tiene que hacer", afirma Serra. El secreto es que "todo el mundo aporta lo que debe en su momento".

Evidentemente quedan aspectos por pulir, pero trabajarlos será más sencillo con el refuerzo de un buen resultado. Uno de ellos es la segunda oleada del contragolpe, a la que se sacó poco partido teniendo en cuenta el buen nivel defensivo del Cangas. "Lo intentamos pero ellos estaban muy finos y acabábamos con lanzamientos muy precipitados", comenta el entrenador de los de O Morrazo. "Tuvimos opciones para el contraataque directo pero es cierto que hay que explotar más la velocidad", admite. Eso sí, subraya que "la gente ha visto que nuestra manera de defender da resultados y eso hace que el grupo crea más".

Mañana el Frigoríficos tendrá su próximo compromiso, una visita al Fútbol Club Barcelona que es casi un trámite ante la superioridad de los catalanes. La expedición canguesa partirá en el mismo día para este choque que se disputará en el Palau Blaugrana a partir de las 20.30 horas.