El Frigoríficos del Morrazo se aleja un poco más de la salvación al caer derrotado esta noche frente al Granollers (30-33) en un encuentro que los locales tiraron por la borda con un nefasto primer tiempo. Si ante el Valladolid el equipo compareció a pista diez minutos tarde, ante el cuadro vallesano lo hizo después de media hora en la que los visitantes dejaron el choque prácticamente visto para sentencia (11-19 al descanso). De poco valió un segundo tiempo en el que el Cangas recuperó la épica como una de sus señas de identidad y ofreció una imagen muchísimo mejor. El daño ya estaba hecho.

Con 18 minutos de juego Magí Serra ya había agotado dos tiempos muertos. Trató de parar el encuentro en el minuto 11 con 4-8 en el marcador. Por entonces el Granollers encontraba con facilidad el camino del gol, bien por falta de profundidad defensiva, bien por la nula aportación de la portería. Y en ataque cualquier error penalizaba en exceso. El técnico local agitó la coctelera y el equipo cangués recortó (6-8) antes de que una nueva concatenación de errores absurdos permitiesen a los de Antonio Rama dispararse en el electrónico (7-13, minuto 18). Los visitantes estaban desatados y al descanso la paliza estaba asegurada.

El segundo tiempo fue otra historia bien diferente. El Frigoríficos aplicó tensión defensiva, Moyano tocó un par de balones, y en un visto y no visto se anotaba un 6-2 de parcial que le daba derecho a soñar (17-21, con tiempo de Antonio Rama, minuto 38). Moisés ajustó aún más el electrónico (18-21) en el que quizá fue el momento clave del partido. El Frigoríficos tuvo un par de acciones más para ponerse a dos tantos pero las desperdició de forma increíble. El Granollers estiró la cuerda y Serra llamó al orden de nuevo a sus pupilos (19-24, minuto 42).

Esta vez, lejos de tranquilizar los ánimos, logró el efecto contrario, con un Cangas disipado en acciones ofensivas (22-29, minuto 48). Sin embargo, lo que nunca perdió la escuadra de O Morrazo fue la fe. Y en un nuevo arreón de furia volvió a meterse en el choque, jaleado por un pabellón de O Gatañal semivacío (27-30, minuto 54, con tiempo de Rama). Hasta ahí llegó el Frigoríficos. Luchó, pero lo que necesitaba era un milagro que no se produjo. Y el buen sabor de boca del segundo tiempo no impide ver que la permanencia (que marca el Puente Genil, con un partido menos disputado) continúa a cinco puntos.