“Nuestro verdadero éxito es haber conseguido arrancar la temporada y estar compitiendo”. La frase no parece corresponder al entrenador de un Club Deportivo Moaña que ya es cuarto -empatado a puntos con el tercero- después de haber encajado una sola derrota -por la mínima ante el Porriño- en las últimas diez jornadas de competición. Pero Miguel Fernández solo piensa en tener los pies en el suelo a pesar de haber encadenado dos goleadas a domicilio ante Alertanavia (1-5) y Marcón (0-5). “Es cierto que si nos dicen en julio que esto podía suceder hubiésemos firmado sin pensarlo. Pero hay que seguir con humildad y trabajar, porque si te relajas cualquiera te pinta la cara”, afirma.

Poco o nada queda de las dudas de pretemporada, cuando la desbandada de jugadores de la pasada campaña obligó al club a montar una plantilla prácticamente de cero. Desde entonces, la progresión de los moañeses ha sido constante y sus números están a la altura de los mejores de la categoría. En puestos de promoción y a solo tres puntos de la zona de ascenso directo, Miguel Fernández subraya que el único objetivo son los 50 puntos de la permanencia. “Hay que alcanzarlos, luego ir a por los 53. Y seguir”, señala, antes de añadir que “tengo mucha experiencia y sé lo que es estar 20 jornadas invicto y líder y luego pasar 12 partidos sin ganar”. Precisamente esta vivencia en las filas del Pontellas es la que le hace decir que “el fútbol es tan caprichoso que puede pasar cualquier cosa. Por eso yo vivo día a día, semana a semana, y sé que no podemos perder la humildad. Hay que estar tranquilos, seguir trabajando”. Eso no quita que no reclame “el mérito de este equipo. Estoy contentísimo por los jugadores pero no los veo crecidos. Siguen igual de humildes y eso es bueno”. Y es que Miguel Fernández sabe que “cuando vengan malas habrá que minimizar todos los posibles problemas. Por eso no hay que creerse nada y tener los pies en el suelo”.

Si en casa el Moaña ya había demostrado su solidez, en las últimas semanas parece haber dado un paso al frente en los choques a domicilio, lo que prueba el hecho de que solo ha perdido en una de sus últimas seis salidas, y que ha anotado diez goles en dos partidos. “Era nuestra asignatura pendiente. No hacíamos cosas diferentes a los encuentros de casa, pero nos costaba más”, afirma. Los diez goles son producto, apunta, “de que fuimos tan superiores que ya en el primer tiempo no había partido, aparte de demostrar efectividad, claro está”.