El Cambados ganó ayer 3-0 al Domaio en un partido que quedó visto para sentencia en el primer tiempo. El equipo moañés no disputó un buen partido y sufrió la pegada y la eficacia del conjunto local, que en sus dos primeras aproximaciones al área de Édgar anotó sendos goles.

El encuentro se puso cuesta arriba para los moañeses en el minuto 11. Hasta ese momento el juego había transcurrido en el centro del campo. En una jugada en la que Sineiro peina un balón hacia atrás el esférico lo recoge Chiño, que regatea a Maroto y con una bonita vaselina bate a Édgar. El 2-0 llegó poco después, en el minuto 17. En esta ocasión el Cambados saca un córner y Damián se tira al suelo para tapar un disparo, pero comete penalti sobre Trigo. La pena máxima la transformó Javier Domingo.

Con el 2-0 el Cambados se replegó y el Domaio dispuso de mayor dominio, aunque sin ocasiones claras. La sentencia llegó antes del descanso con un contragolpe tras una pérdida del Domaio en campo contrario. El balón le llegó Marcos Blanco, que puso el 3-0 definitivo. En el segundo tiempo el Domaio tuvo alguna oportunidad en tiros lejanos de Bombi y Jonás, pero sin excesivo peligro.