El Frigoríficos del Morrazo cayó bajo el peso de la lógica ante el Ademar León (26-30) en un partido en el que, a pesar de la derrota, apuntó detalles ilusionantes de cara al futuro. El conjunto cangués pagó muy caros la acumulación de errores en el arranque del encuentro frente a un equipo leonés que se mostró casi infalible en sus primeros ataques, adquiriendo una renta que ya no perdería en el resto del choque. Los cangueses fueron de menos a más y acabaron completando una más que digna actuación.

Apostó Víctor García, "Pillo", por salir con Muratovic y Potic defendiendo en el exterior para evitar cambios y presentar un siete con más centímetros de lo habitual. Pero la clave del partido, como ya se apuntaba en los últimos días, iba a estar en el juego ofensivo de los de O Morrazo. Y ahí la falta de acierto iba a resultar determinante. Tres blocajes defensivos, dos intervenciones de Cupara y un lanzamiento al palo provocaron que el entrenador local tuviese que pedir tiempo muerto con algo menos de nueve minutos de juego (3-7). Mientras, los visitantes no dudaban un ápice y convertían siete de sus ocho ataques en gol.

El Cangas comenzó las rotaciones intentando meterse en el partido (7-10, minuto 19), pero el Ademar explotaba un par de exclusiones y las pérdidas de los cangueses para estirar la goma hasta la que sería su máxima diferencia (8-15). La entrada de Simic revitalizó un tanto a los suyos, que recortaron distancias antes del paso por vestuarios (11-15).

En la reanudación el Cangas probó con el 5.1 y en ataque encontró réditos con el lanzamiento exterior de Chapela -que se mostró muy sólido en este apartado- y con la finalización desde el extremo de Menduiña. Así, el Frigoríficos llegó a colocarse a tres goles ante el delirio de su afición (16-19). Guijosa reaccionó enviando de nuevo a pista a Cupara y los colegiados sofocaron el motín con una más que discutible exclusión a David Iglesias. El Ademar aprovechó su oportunidad y volvió a recuperar su ventaja (17-23, minuto 42, con tiempo muerto de Pillo).

Lo mejor del Cangas es que nunca le perdió la cara al partido a pesar de la desventaja. Apretó (20-24, minuto 49) pero su carrera en contra del cronómetro y ante un rival que marcaba en situaciones muy comprometidas abortaron la reacción y el duelo acabó en un más que digno 26-30. Lo peor del encuentro fue que Serafín Pousada se resintió de la lesión muscular sufrida en los abdominales que ya lo había dejado varias semanas en el dique seco. En los próximos días podrá conocerse el alcance de su dolencia. Maxi Cancio, por su parte, disputó unos minutos aunque tampoco está recuperado al cien por cien.