Todavía se encontraban ambos equipos en los momentos de tanteo iniciales cuando el Alondras golpeó. Fue en una jugada por banda izquierda que finalizó con un centro al área, donde apareció Andrés totalmente solo para rematar. El delantero de O Morrazo no la embocó en el primer disparo, pero se aprovechó de la pasividad que mostró la zaga aurinegro para remachar a gol.

El tanto lo acusaron los hombres de David Sierra, a los que atenazaron los nervios, conscientes de que en el encuentro de ayer se jugaban mucho más que tres puntos. El Ribadumia no era capaz de acercarse con peligro al área de Brais Pereiro y chocaba siempre con el entramado defensivo del Alondras, que se mostraba muy cómodo ante la falta de contundencia local. El Ribadumia todavía tendría otra mala noticia en forma de lesión, ya que David Rodríguez tuvo que retirarse a los pocos minutos de iniciarse el encuentro.

Es más, los cangueses pudieron incluso incrementar su ventaja en el minuto 15, con un centro de Tubo que no encontró rematador. Un exaurinegro como Álex Gómez pudo dar la puntilla a su antiguo equipo a la media hora de juego con un disparo lejano que se fue rozando el larguero de la portería defendida por Manu Táboas.

Cuando la primera parte expiraba, el Ribadumia consiguió crear peligro ante la meta contraria, y lo hizo a balón parado, en un disparo de falta de Anxo que se fue muy cerca del poste de la portería que defendía Brais Pereiro.

La necesidad aprieta, y David Sierra movió el banquillo, dando entrada a Gabri para hacerse con el control del juego en el centro del campo. El movimiento permitió a los aurinegros acercarse un poco más al área rival, llegando a reclamar un penalti por un derribo de Changui cuando peleaba por un balón con un defensa y el meta visitante.

De todas formas, la ocasión más clara fue para los visitantes muy poco después. Un buen pase de Álex Gómez a la espalda de los centrales fue aprovechado por Andrés para rematar.

El Ribadumia se fue haciendo, poco a poco, con el control del partido, mientras el Alondras reculaba para intentar mantener la ventaja y trataba de incrementarla a base de contragolpes. Mauro y Andrés tuvieron varias ocasiones, pero no supieron concretar con claridad.

Los locales se lanzaron a tumba abierta a por la igualada, con centros laterales y acciones de balón parado, pero se encontraron con un auténtico muro que repelía, una y otra vez, todos los balones que llegaban cerca del área. Los aurinegros reclamaron dos penaltis por caídas de Fran Fandiño, pero el árbitro no lo entendió así. El pitido final deja unas perspectivas muy negras para el futuro del Ribadumia en la categoría.