La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a las exgimnastas Gloria Viseras e Irene Martínez y al entrenador Antonio Llorens a abonar 10.000 euros cada uno de ellos por vulneración del honor del exseleccionador nacional de gimnasia artística femenina, Jesús Carballo. Los hechos a los que hace referencia esta sentencia, que es recurrible en Casación ante el Tribunal Supremo, sucedieron en el año 2013, cuando estas tres personas participaron en el programa "Informe Robinson" de Canal Plus realizando unas declaraciones en relación con los supuestos abusos sexuales que habían sufrido las exdeportistas cuando eran menores y formaban parte del combinado nacional. El fallo apunta que no se discute la relevancia o interés público de la información, sino que "lo que básicamente queda cuestionada es la veracidad de dicha información". De este modo, la Audiencia Provincial aprecia incoherencia y contradicciones en las acusaciones de Gloria Viseras a Jesús Carballo por esos supuestos abusos sexuales. La Sala tampoco considera veraz o acreditado lo relatado por Irene Martínez y Antonio Llorens, por lo que, al no haber podido demostrar que lo que sostenían fuera verdad, el derecho de la información no puede prevalecer sobre el derecho al honor de Jesús Carballo, que siempre mantuvo su absoluta inocencia.

La sentencia revoca la dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 7 de Collado Villalba en septiembre de 2015 y estima parcialmente el recurso de Apelación presentado por el exseleccionador nacional de gimnasia rítmica, que había solicitado una indemnización de 50.000 euros a cada una de las exgimnastas y de 20.000 euros al entrenador. Además, se les exige publicar a su costa el fallo de la misma en un periódico de tirada nacional y similar a la de aquellos medios en los que se propagaron.

Carballo fue cesado en su momento como seleccionador nacional tras comunicarle el Consejo Superior de Deportes la existencia de una denuncia en su contra por un delito contra la libertad sexual presuntamente cometido en la década de los 80. Las denunciantes argumentaba que no solo ellas sino varias gimnastas más a lo largo de diferentes generaciones los habían sufrido. De forma pública, numerosas deportistas que habían entrenado con Carballo salieron en su defensa. El caso fue archivado y el histórico técnico emprendió entonces la batalla legal para limpiar definitivamente su imagen.