El Frigoríficos del Morrazo se resiste al descenso. Ayer se ganó una vida más en su lucha por aferrarse a la Liga Asobal después de imponerse al Atlético Valladolid en un partido épico, después de levantar una desventaja de seis goles y de apabullar al cuadro castellano a base de coraje y buen juego. Los de Víctor García, "Pillo", recuperan la fe tras el varapalo de la semana anterior frente al Benidorm y abandonan la posición de colista, ahora en manos del Auto Gomas Sinfín. La salvación sigue a dos puntos, los que separan a los cangueses de Benidorm y Aranda.

El partido comenzó con el peor guión posible, ese que se viene repitiendo con demasiada asiduidad en la presente temporada. Los cangueses salieron fríos, romos en ataque y sin intensidad. Si a eso se le une la nula aportación de la portería y un Atlético Valladolid que sí salió centrado, el resultado fue un atropello en toda regla. Los castellanos, duros en defensa y explotando el contragolpe y el saque rápido de centro golpearon sin piedad a un Cangas incapaz de levantarse de la lona (3-8, minuto 9, con tiempo muerto de Pillo). La bronca del técnico local surtió efecto y el Cangas hizo suyas las armas de los visitantes, metiendo una marcha más al partido. La reacción llegó (6-8), aunque fue abortada por Javi Díaz, que detuvo un penalti a Casares y por Nacho González, que pidió tiempo (minuto 13).

El encuentro se convirtió entonces en un intercambio de golpes, eso sí, con un arbitraje lamentable que castigó al Cangas y permitió una y otra vez las defensas interiores del cuadro castellano. Hernández, infalible desde los siete metros, encendía las luces de alarma (9-15, minuto 23). Pero el Frigoríficos no se rindió. Una doble exclusión visitante y la defensa 5.1 por la que optó Pillo en el último tercio del primer tiempo permitieron el acercamiento (13-15) a pesar de que la portería local acabó este periodo con solamente dos paradas, la última de ellos en un golpe franco directo con el marcador a cero.

Segundo tiempo distinto

El segundo tiempo fue otra historia, básicamente porque la intensidad del Frigoríficos no bajó un ápice. La defensa -nuevamente en 6.0- anuló la conexión con el pivote Serdio y Edu Salazar comenzó a tocar balones. Además, apareció Nikola Potic. En un visto y no visto se pasó del 14-17 al 19-18, obligando al técnico vallisoletano a pedir tiempo muerto (minuto 40).

Pero el Cangas ya estaba lanzado. Ahora el Atlético Valladolid sufría para encontrar buenas opciones de lanzamiento y solamente se mantenía vivo gracias a los errores locales, traducidos en mortíferos contragolpes (22-22, minuto 47). El ritmo de juego, el control del partido, era, no obstante, claramente cangués y traducirlo en el marcador era cuestión de detalles. David García en una acción individual y dos robos de balón con contragolpes de Soliño y Cerqueira lo hicieron (25-22, minuto 49, con nuevo tiempo del entrenador visitante). Soliño estiró aún más la goma desde los siete metros y el Frigoríficos ya no sufrió. Supo manejar su renta y se llevó dos puntos vitales en su camino hacia la permanencia. Al final, el público de O Gatañal, supo reconocer la garra de los suyos y los despidió con una ovación. Ellos creen en la salvación. El equipo también.

Feliz y, sobre todo, aliviado. Así compareció Víctor García, "Pillo", tras una victoria que le permite a los suyos tener una vida más. "Era un partido como todos los que nos quedan, una final en la que solo nos quedaba sumar. Ahora hay que seguir en esta línea y esperar a que se den resultados lógicos en otros pabellones y no haya marcadores raros", señala. El técnico subraya que "seguimos dependiendo de nosotros" y ya pone su vista en el duelo de dentro de 15 días en Aranda, "un encuentro que será aún más decisivo", si bien antes los suyos deberán recibir al Naturhouse La Rioja. "Iremos a por ellos y trataremos de sorprenderlos", dice.

Lo que menos gustó a Pillo fue el inicio de los suyos. "No fue por no decirlo, insistimos e incluso calentamos a mayor intensidad", afirma. En cuanto los suyos se aplicaron "todo fue más fácil". Y sentencia diciendo que "hay que mantener esa intensidad los 60 minutos".