El camino hacia la permanencia será largo y proceloso. Es lo que cree el entrenador del Alondras, Nacho Pacios, después de que este fin de semana se rompiese con una derrota ante el Rápido de Bouzas una trayectoria hasta el momento impoluta de tres victorias en otros tantos encuentros. El preparador lucense asume que "tres triunfos seguidos en una situación normal serían suficientes para salir de abajo, pero en esta no. Estamos un punto por encima del descenso y es lo que hay". La única salida posible es que la que ya subrayó en el momento de su llegada: "Seguir adelante y trabajar para conseguir alcanzar una posición algo más tranquila".
Sin embargo, todo apunta a que la lucha por la salvación continuará siendo encarnizada en las próximas semanas. Es lo que puede desprenderse de un simple vistazo a la tabla clasificatoria, con ocho equipos en un margen de solo seis puntos para evitar los posibles arrastres (uno casi seguro del Somozas y otro que trata de evitar el Boiro). Con estos condicionantes, no es de extrañar que Nacho Pacios asegure que "harán falta 49 puntos para librarse porque As Pontes, Dubra y Órdenes han sumado tan poco que hacen todo mucho más difícil".
Por lo demás, el técnico rojiblanco asume que el plan de partido ante el Bouzas no salió como estaba previsto. "Es una derrota que era posible porque ellos están peleando en la zona alta y nosotros lo hacemos por escapar de los puestos de peligro, pero no fue lo que pensábamos", dice. Un error de Brais en el primer minuto dejó el choque encarrilado para los locales. "Son fallos que hay y no tenemos que darle más vueltas, lo que ocurre es que cuando le pasa a un defensa o al portero se nota más", argumenta Nacho, más preocupado por el hecho de que "después no conseguimos darle la vuelta. Tuvimos alguna ocasión a balón parado, alguna llegada, pero ellos se defendieron bien y se adaptaron antes que nosotros al tipo de partido".
Nacho aguardaba un duelo cerrado, a decidir en errores individuales y en acciones a balón parado, algo habitual en un terreno de juego como el Baltasar Pujales, de escasas dimensiones y con un bote de balón muy vivo. "Dos errores condicionaron el partido y nosotros no aprovechamos nuestras llegadas para conseguir meternos. Ni en sus mejores sueños se les hubiese puesto el partido tan de cara en el primer minuto", asegura.
