El Luceros rozó ayer una de las grandes sorpresas de la jornada. El conjunto cangués recibía en O Gatañal al Calvo Xiria, líder de la categoría y que hasta la fecha solo había cedido dos derrotas. Los de O Morrazo estuvieron muy cerca de infligirle la tercera, pero al final se tuvieron que conformar con un empate. "Pero aún así este es un punto que vale muchísimo", decía al finalizar el encuentro el técnico de los cangueses, José Figueroa.

Los locales apostaron de inicio por un cambio en su defensa y jugaron todo el primer tiempo con un 5.1, con Dani Gómez en el centro y con el joven montenegrino Filip Vujovic como adelantado. Era también una manera de dar descanso a Pablo Castro en el pivote, que el sábado jugó con el Frigoríficos ante el Huesca. El resultado fue excelente y el Luceros jugó probablemente la mejor primera parte del campeonato, con un Dani Fernández muy inspirado en la portería y por encima del 50% de efectividad. La mejor prueba es que el líder llegó al intermedio con tan solo ocho goles en su haber (12-8).

La situación empezó a cambiar en el segundo tiempo, cuando el Calvo Xiria fue capaz de descifrar mejor la defensa canguesa. Así, en menos de diez minutos se pasó del 12-8 del descanso a un parcial de 2-8 que colocaba a los coruñeses con un 14-16. El Luceros no se rindió y Figueroa ordenó el cambio de defensa, para pasar al clásico 6.0 en el que los cangueses se sienten cómodos. Esta variación volvió a descolocar al Xiria, que aún mantuvo durante algunos minutos la ventaja en el electrónico. La última fue un 18-20 (min.48) y de ahí se pasó a un 22-20 (min.53).

El Luceros tuvo el partido en sus manos ya que a falta de poco más de un minuto ganaba 25-23 y una buena acción de Pedro Castro desde el extremo que no acertó a transformar. El Xiria logró empatar con dos lanzamientos de siete metros consecutivos de Pablo Iglesias. El último fue señalado a apenas seis segundos para el final, cuando los árbitros estaban advirtiendo de pasivo al Xiria: Dani Gómez salió a intentar cortar un pase, pero Pablo Iglesias lo aprovechó para irse a portería y a Pablo Castro no le quedó más remedio que hacerle falta, que implicó su exclusión y un penalti que significó el 25-25, sin apenas tiempo para una última acción.