El Choco consiguió arañar en el último suspiro un importantísimo punto en su lucha por continuar la próxima campaña en la Tercera División al empatar en el tiempo de prolongación ante el Racing Villalbés, en un partido tenso, igualado y disputado pero con escaso fútbol.
Después de haber caído siete días antes en casa frente al líder de la categoría, el Rápido de Bouzas, el conjunto de Marcos Montes afrontaba también con el respaldo de su público la segunda de sus tres citas consecutivas ante los gallitos de la categoría dado que todavía tienen que visitar la próxima semana al Cerceda, ahora segundo tras su triunfo frente a los boucenses y el empate de los redondelanos con los lucenses. Por eso, los locales trataron de marcar el ritmo desde el inicio pero se encontraron con un rival que apostó por una presión muy alta, dificultando muchísimo la salida de balón del Choco y obligándole a cambiar su habitual fútbol combinativo por un juego mucho más directo.
El Villalbés, por su parte, apostó ya desde el comienzo por esa opción, buscando como principal recurso ofensivo el balón en largo sobre Sergio Arias para tratar de explotar la segunda jugada.
Esa dinámica tuvo su continuación en la reanudación del encuentro hasta que un error de Javi, que se entretuvo en exceso a la hora de despejar y permitió a Villares anticiparse y robarle la pelota para superar luego a Cortegoso en su salida con una buena vaselina.
El gol supuso un cambio radical en el partido. El Choco, apoyado en los cambios introducidos por su técnico, pasó a ser el dominador casi por completo de la pelota y el encuentro pasó a jugarse fundamentalmente en campo visitante.
Así, los minutos se fueron consumiendo sin que los locales pudiesen generar alguna ocasión clara para lograr el empate hasta que en el tiempo de prolongación Gonzalo acertó a poner un balón al área que Silva, muy listo, optó por ceder de cabeza a Félix en lugar de buscar el remate directo. Su compañero aprovechó a la perfección el regalo y con un disparo raso cruzado materializó el empate cuando ya no quedaba tiempo para nada más.
