El Frigoríficos del Morrazo cayó de forma contundente (23-34) ante un Ademar León que ejecutó el mejor de los guiones que podía haber escrito Rafa Guijosa. La escuadra visitante descosió al equipo cangués a base de contragolpes y navegó con comodidad por un encuentro que los locales le sirvieron en bandeja con múltiples errores.

No hubo historia más allá de los cinco minutos iniciales, los que aguantó la escuadra de Víctor García, "Pillo", manteniendo la seriedad en sus acciones ofensivas. Atrás los cangueses se mostraban sólidos y apretaban a un cuadro leonés que debía esforzarse al máximo -en ocasiones al borde del pasivo- para conseguir anotar. El 3-2 fue la última ventaja local antes de que se desatase la tormenta en O Gatañal. Y es que, en un visto y no visto, el Frigoríficos hipotecó sus opciones de triunfo ante un Ademar que no perdona la más mínima concesión. Cuatro pérdidas de balón y cuatro balones detenidos por Cupara permitieron a los visitantes desplegar su temible contragolpe y machacar al Cangas con un parcial de 0-8 (3-10, minuto 12).

Entre medias, Pillo ya había pedido un tiempo muerto que de poco sirvió. Tampoco ayudó la portería ante un Ademar que transformaba cada lanzamiento en gol con tres paradas en todo el primer tiempo. Juanín demostró su muñeca con tiros imposibles y el choque transcurría plácido para los de Guijosa. Por si fuera poco, los colegiados se unían a la fiesta con varios errores de bulto, como una falta en ataque ademarista convertida por ellos en exclusión de Pablo Castro.

El técnico del Cangas buscaba una reacción y movía piezas. Rubén entraba por un desafortunado David García y Salazar por Hermones y poco después, y ante el cariz que había tomado el partido, Pillo daba minutos a un descarado David Iglesias, que no se cortaba para anotar dos buenos goles (11-17, minuto 26). Las distancias continuaban siendo considerables y ni siquiera con la doble exclusión de Juanjo y David Fernández el Frigoríficos consiguió engancharse. Soliño erró un penalti, Rubén hizo una falta en ataque y Juanín anotaba desde la esquina. Era el 11-19 con el que ambos equipos se iban al descanso. El Cangas había concedido nueve pérdidas de balón y fallado 12 lanzamientos, un lastre excesivo para poder sorprender a un cuadro de la solidez del que ayer tenía enfrente.

En la reanudación se mantuvo la misma tónica de juego. El Ademar comenzó desde el principio explotando su velocidad y ampliando su renta y obligando a Pillo a detener nuevamente el juego (12-24, minuto 35). El ataque cangués estaba espeso y los errores se sucedían, esta vez también con el equipo leonés como protagonista. Los 20 minutos finales fueron un banco de pruebas y la oportunidad de dar algún merecido descanso para ambos conjuntos. Pillo dio algo de aire al incombustible Cerqueira colocando al bloque central defensivo del Luceros, con Pablo Castro y Dani Gómez. Milosevic también tuvo su oportunidad para soltar el brazo y ganar confianza, y David García y Rubén Soliño jugaron juntos en primera línea para reservar a un tocado Potic. Fue lo más provechoso de un partido que el Cangas dejó escapar demasiado pronto.