El Ademar León impuso su contragolpe en O Gatañal y atropelló a un Frigoríficos del Morrazo que únicamente aguantó los embates visitantes durante los seis minutos iniciales. El conjunto cangués hipotecó su futuro con excesivas concesiones en su juego de ataque y eso, ante un equipo que castiga como nadie los errores del rival, fue demasiado. El arranque del partido fue bueno, con un Cangas sólido defensivamente y con criterio ofensivo, pero duró demasiado poco. En un abrir y cerrar de ojos los locales concatenaron fallo tras fallo ante un rival que se limitó a aprovecharse de ello. Cuatro pérdidas de balón y otros tantos errores en el lanzamiento fueron la catapulta perfecta para que los leoneses luciesen su velocidad en las transiciones y acomodasen el choque a sus intereses. El duelo estaba sentenciado en apenas 12 minutos de juego (3-10) después de un parcial de 0-8 favorable a los de Rafa Guijosa.

Pillo movió sus piezas pero el Frigoríficos no fue capaz de encontrar el resorte para fundamentar lo que hubiese sido una remontada épica. Ni el cambio en la portería -ayer nuevamente muy desacertada- ni las modificaciones en ataque y defensa ofrecieron réditos suficientes, así que el partido fue la plataforma perfecta para dar minutos a hombres como David Iglesias o Dani Gómez. Mención especial merece el primero, que aprovechó nuevamente su oportunidad. Anotó sus dos primeros lanzamientos y no se mostró cohibido ante lo que tenía delante.

El encuentro, mientras, no ofrecía sobresalto alguno. Los tímidos acercamientos locales (11-17, minuto 26) eran respondidos por los visitantes (11-19 al descanso), sin dejar margen para la sorpresa. La salida en el segundo tiempo del Ademar fue fuerte, para abortar cualquier esperanza (12-24, minuto 35, con tiempo de Pillo). El resto fue un entrenamiento con público, sin la emoción de los puntos en juego, que ya se había embolsado el equipo leonés.