- ¿Por qué decide dimitir?

- Creo que es lo mejor. Lo idóneo es que llegue otra persona que sea capaz de conseguir lo que nosotros no conseguimos y de sacar la calidad que este equipo tiene encima. Hay que ser justos: la experiencia a nivel deportivo no fue buena porque después de 14 jornadas tenemos 16 puntos, muy lejos de las expectativas iniciales.

- Entiendo que la decisión no ha sido fácil.

- Ha sido muy jodida. Siempre tuve el respaldo de la directiva, incluso cuando el año pasado las cosas fueron mal me mantuvieron y apostaron por mí. Si por ellos fuese seguiría una semana más. Pero hay que ser honrado y conmigo el equipo no funciona. Tiene que venir otra persona que lo haga funcionar. Conmigo no funcionaba: una victoria en nueve partidos es indicativo.

- Nunca se ha escondido y siempre ha mantenido que el objetivo de este equipo debía ser luchar por la fase de ascenso.

- El equipo está hecho para lo que está hecho. Pero en el fútbol dos y dos no siempre suman cuatro. Hay muchas más cosas: hay un rendimiento individual y colectivo que estamos muy lejos de conseguir y de marcar diferencia en jugadores. El entrenador también está muy lejos de cumplir las expectativas que generó. Todo eso se junta y la realidad es que estamos decimoquintos en la jornada 14.

- ¿La decisión de dimitir la tenía madurada previamente?

- Nos lo planteamos antes del partido ante el Choco, pero llegamos y ganamos. En ese momento te planteas que a lo mejor el problema era mental, que el equipo estaba bloqueado y no conseguía ganar. Luego viene aquí el Cerceda, jugamos bien 50 minutos pero la imagen que dejamos al final no es buena. Perdimos 1-3 bien perdido. Hablé con la directiva para plantearles que si creían que yo era el problema me marchaba. La respuesta fue que no, que confían en mí y me dan un par de partidos más, hasta Barbadás, y luego tomaríamos una decisión. Hubo reuniones con los jugadores para hacer ver que hay que reaccionar. Llega la primera parte del partido contra el Negreira y de reacción ni atisbos. Por eso creo que ha llegado el momento de marcharme y de estar agradecido al Alondras.

- ¿Sienta cierta frustración por no conseguir los objetivos después de que la directiva intentase cumplir con sus peticiones?

- Tengo que reconocer que la directiva intentó traer todo lo que le pedí. No tengo queja de la plantilla que tengo, pero la realidad es que no funciona. No es un problema de seguir una semana más: la cuestión es que jugadores y entrenador no conectan deportivamente, vamos en distintas sintonías. Hablo a nivel deportivo porque a nivel personal no había ningún problema en el vestuario, la relación es muy buena con la mayoría. Lo mejor es que venga otra persona que sea capaz de conectarlos.

- Lo más fácil hubiese sido aguantar y esperar el cese.

- Sí, pero no podía hacer eso. Todo el mundo aquí se ha portado fenomenal conmigo y yo tengo que ser honrado con ellos. Hay un problema, está localizado y es una tontería aguantar una semana más. Hay que ser hontado con la gente que ha sido honrada contigo.

- ¿Cómo verá ahora al Alondras?

- Soy un alondrista más. Cuando llego a un equipo me implico al máximo y durante este año me vacíe por completo. No me puedo reprochar nada porque todos mis conocimientos los puse a disposición del grupo, de mis ayudantes? No me puedo reprochar nada porque di todo lo que tenía dentro. Desde ahora soy un alondrista más y deseo que se puedan cumplir las expectativas porque el club se lo merece.