Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

balonmano - Liga Asobal

La década prodigiosa de Eijo

El capitán del Cangas disputa su último partido y anuncia que "ahora habrá una garganta más en O Gatañal"

Junto a David Cal en un homenaje al palista olímpico. // Santos Álvarez

"Después del subidón de aprobar unas oposiciones te da el bajón de saber que dejarás el balonmano. Pero he tenido la suerte de que me permitiesen seguir jugando un año en el que hemos hecho una primera vuelta maravillosa, vuelto a Europa...". Fernando Eijo asume con serenidad un adiós del que ya vivió su primera parte el pasado miércoles en O Gatañal y que tendrá su colofón el sábado ante el Ademar. "Tenía más mariposas en el estómago por la despedida de la que yo creo es la mejor afición del mundo. El sábado será algo más personal, de los compañeros, pero la del otro día fue inolvidable, un regalo para mí", señala.

Detrás deja una carrera deportiva que lo llevó a dar sus primeros pasos en el colegio Alba en Vigo, Chapela y Lavadores antes de jugar unos años en el Teucro y fichar por el Cangas en la campaña 2005-2006, la primera en la que el Frigoríficos jugaba en Europa. Y ya no se movió. "¿Qué tiene Cangas? Pues todo. El grupo humano, la seriedad con la que trabaja el club, el pueblo... Aquí se vive muy bien. A los que estamos nos cuesta marchar y los que se van acaban volviendo", relata. Once campañas jalonan su presencia en la escuadra morracense, con múltiples recuerdos. "Es cierto que la última temporada ha sido muy buena, pero aquí hemos celebrado permanencias como si fuesen finales de la Champions, los ascensos o muchos partidos en O Gatañal que perdíamos de seis y acabábamos ganando", señala, antes de añadir que "por proximidad recuerdo el partido ante el CSM Bucarest, porque hacía tiempo que no se veía el pabellón tan ilusionado".

Su caso es similar al de Tomás Fontán. Sin haberse formado en la cantera canguesa se han asimilado tanto a la filosofía del club que incluso acabaron siendo capitanes. "Aquí siempre estuve feliz, la afición se portó muy bien conmigo, y engancha. Para quien le gusta vivir los partidos, O Gatañal es diferente", manifiesta. Reconoce también el especial feeling con Pillo y con sus compañeros. El primero le trajo de Pontevedra y "he estado con él más de la mitad de mi carrera deportiva. Tengo con él una relación que va más allá de lo deportivo". Los elogios llegan también al vestuario. "El secreto del Cangas es lo bien que nos llevamos. Hay muy buenas personas y es todo más fácil, y Pillo también es el principal referente para que todo fluya de manera espectacular", afirma.

Su adiós a O Gatañal solo será para la pista. El pabellón cangués tendrá a partir del sábado un aficionado más. "¿Cómo no voy a ir a los partidos? Me encanta el balonmano y soy un cangués más. Tenemos que animar al equipo y ahora habrá una garganta más", sentencia el pivote del cuadro de O Morrazo.

Compartir el artículo

stats