Tranquilo pero ilusionado ante el reto que se le presenta la próxima temporada. La salida de hombres importantes ha frenado la retirada a sus cuarteles de invierno de un Pillo que no quiere dejar al Cangas en un momento complicado a nivel deportivo.

- Nunca ha estado tan cerca su retirada y nunca había dado el sí tan rápidamente.

- Cada año tengo ganas de salir de esta vorágine, pero ahora era el momento menos idóneo para hacerlo, porque hay que trabajar mucho y a mí me gustaría irme con el equipo encauzado. Tengo ganas, ilusión, y se plantea un reto nuevo. Se va gente, espero que menos de la prevista, y si no es el final de un ciclo, casi lo es.

- Justo en el momento más complicado es cuando da usted un paso al frente.

- Es que yo no quiero contribuir a desmantelar el grupo. Ahora es cuando hay que trabajar más.

- Lo prioritario es evitar que haya más salidas, supongo.

- En efecto. Antes que cualquier otro movimiento ese es el principal. Será difícil porque todo el mundo sabe que el club no va a hacer esfuerzos que pongan el peligro su estabilidad económica, y quedarse en Cangas implica algo más que el dinero.

- ¿Se podrá convencer a Muratovic para que siga un año más?

- Yo creo que sí, porque es un jugador veterano que conoce el momento que vive el club, quiere al club y hará un esfuerzo. Ahora es cuando más se necesita a la gente.

- Se va el portero, el mejor defensor y el mejor atacante. Se impone una reestructuración profunda del equipo.

- Ahora mismo estamos centrados exclusivamente en mantener, pero sí que tiene que haber incorporaciones, siempre siendo estrictos con nuestra filosofía. Buscaremos bien, primero el mercado cercano, luego en el nacional y si no, en el extranjero. Percibo un repunte económico en el balonmano español y espero que no se vuelva a situaciones de años anteriores.

- En teoría deberían llegar tres refuerzos.

- En principio sí, pero a lo mejor nos arreglamos solamente con dos. Dependerá mucho de lo que pase con los que ya están. Hay muchas variables.

- Es el final de un ciclo pero también un reto importante.

- Sí, era un momento que tarde o temprano tenía que llegar porque el tiempo pasa y los jugadores mejoran y reciben ofertas que no podemos igualar.

- Lo positivo es que tanto usted como el club comparten filosofía.

- Siempre hemos tenido claro que la viabilidad del club es lo importante Y seguiremos en esa línea. No nos vamos a volver locos y si traemos jugadores de perfil medio/bajo con proyección sabemos que tocará sufrir un par de años. Si no hay más bajas, con un par de retoques podríamos arreglar y todo sería más llevadero.

- Cierran una temporada magnífica.

- Cierto. Europa, Copa Asobal, cuartos de final de la Copa del Rey y la opción clara de ser quintos por segundo año consecutivo. Teniendo en cuenta el rol del Cangas en el balonmano nacional y su potencial económica es un hito histórico del que estamos orgullosos.

- Solo queda el lunar de una segunda vuelta más discreta. ¿Qué les ocurrió?

- No fue buena, pero aún así sumamos 10 puntos, que en una proyección a 30 partidos nos daría la salvación. Son muchas cosas. La igualdad es grande, aunque no tuvimos muy mala suerte con las lesiones estas llegaron en momentos importantes, como el inicio de la segunda vuelta con Lamariano y Suso Soliño. Empiezas peor y luego ya no juegas con tanta soltura. Y perder con el Anaitasuna en la Copa del Rey nos hizo daño.

- ¿Fue ese quizás el lunar de una temporada espectacular?

- Sin duda. Nos hizo mucho daño porque toda la preparación en la segunda vuelta estaba encaminada a esta eliminatoria para poder subir al cielo de la Final Four. Después arreglamos un poco en el partido de casa, pero no pudo ser.

- ¿Dolió más que no haber eliminado al CSM Bucuresti en la Copa EHF?

- Claro, porque en Europa teníamos que pelear, había opciones, pero no era tanto una obligación como la Copa del Rey. Una obligación, me explico, autoimpuesta desde los jugadores y el cuerpo técnico.

- Para la historia queda esa primera vuelta de ensueño, con diez victorias consecutivas.

- Esa primera vuelta fue irreal desde el punto de vista de la lógica. Había que disfrutarla pero no podía servirnos de referencia. Estuvimos por encima de rivales mucho más potentes. Diez triunfos seguidos y once jornadas sin perder. Teníamos el viento a favor y todo salía bien.

- ¿Teme que la gente se haya acostumbrado al éxito y no asimile que la próxima temporada sea un año de sufrimiento?

- Eso sería mortal para el club. Salvo que suceda algo económicamente tendremos los mismos ingresos. Y así no vamos a tener un superequipo, así que el objetivo deberá ser el mismo, que cada año podamos ver balonmano de élite los sábados por la tarde en O Gatañal. Y hemos de ser conscientes de que el día que O Gatañal no sea un infierno para los rivales, ese día tendremos problemas. Club y equipo tenemos que salir con el cuchillo entre los dientes en cada partido. El público también. Y en O Gatañal más aún.