"Me arrepiento mucho de lo que hice. No tiene justificación". Así de sincero se manifestaba ayer Juan Agustín Martínez, el jugador del Beluso que el domingo fue expulsado por propinar una bofetada al árbitro del encuentro que enfrentaba a su equipo y al Unión Dena. "Lo siento mucho, en primer lugar por el árbitro. Luego por mis compañeros y por el club", agregaba. El futbolista aprovechó la ocasión para anunciar que cuelga las botas una vez que acabe esta temporada, en la que con toda probabilidad ya no volverá a jugar. "Es una decisión que ya tenía tomada desde hace tiempo: el trabajo, dos hijos... Ya tenía decidido dejarlo al final de la temporada", afirma.

El jugador buenense apenas llevaba un cuarto de hora sobre el terreno de juego cuando se produjo la jugada que originó la expulsión en el partido del domingo. Unos minutos antes ya había visto una cartulina amarilla y en el 88 vio la segunda por protestar de "forma ostensible" una decisión arbitral, tal como recoge el acta. "Considero que esa segunda tarjeta es injusta, al igual que lo que me dice. Pero es igual, no quiero entrar en esa polémica porque no hay ninguna justificación a lo que hice. Fue consecuencia de la frustración del momento y en ese mismo instante me arrepentí, me fui enseguida al vestuario", cuenta el futbolista buenense. Evitó dirigirse al colegiado justo después del encuentro para evitar nuevas tensiones. "Creo que no era el momento y tampoco creo que él quisiese hablar conmigo en aquel momento", argumenta Juan.

El jugador tiene previsto reunirse hoy con la directiva del club para analizar la situación. En función de como se tipifique la acción, que puede ser grave o muy grave, la sanción puede oscilar entre los 3 y los 6 meses o entre los 3 y los 5 años. Las fuentes consultadas en la Federación Galega de Fútbol entienden que en este caso lo normal sería una sanción grave, de entre 3 y 6 meses. "Hay que ser ejemplarizante, pero obrando con justicia", apuntan. El jugador reconoce que "no es la manera que me gustaría para dejar el fútbol, pero ha cuadrado así".

El colegiado del encuentro, Daniel Val Castro, recoge en el acta la acción de la siguiente manera: "En el minuto 89, tras mostrar la segunda amarilla al dorsal 15 [Juan Agustín Martínez] se acerca a un metro de mi posición y me propina un fuerte manotazo en el labio superior, haciéndome una pequeña herida sangrante en la parte interior de dicha zona". En ese momento el Beluso ganaba 0-2 y el árbitro decide suspender el encuentro, al que le quedaban apenas dos minutos y otros cuatro de descuento, tal como se recoge en el propio acta. Los dos clubes intentaron que se reanudase el encuentro, algo que el juez de la contienda descartó porque "no me encontraba bien anímicamente y con fuerzas para continuar", tal como hace constar en el acta.