La conducta deportiva y el juego limpio a veces tienen su recompensa en el mundo del fútbol. Así quiso que fuera el árbitro Fernando Conde Taboada, que no dejó que un ejemplo de deportividad de un jugador del Moaña C de categoría infantil pasase desapercibido. Remitió un correo al club moañés agradeciendo de forma pública la actitud del jugador Tiago Barcia Rouco y de su entrenador, Iván Blanco Pena.

Y es que el sábado 16 este colegiado arbitró el encuentro de categoría infantil entre el Arcade y el Moaña C, en el campo de Salgueirón (Arcade). En un lance de la segunda parte el árbitro señaló saque de esquina contra los moañeses, decisión protestada por varios jugadores visitantes, que reclamaban saque de meta. "A mí me sorprendió, porque había sido bastante claro, pero ante las observaciones tan claras me entró alguna duda, pero el saque de esquina ya estaba señalado", explica en su correo el árbitro. Ante esta situación el jugador Tiago Barcia, que estaba cubriendo el poste, dijo en voz alta "Callaos, ya que le toqué yo al balón y fue córner". Ante esta situación el árbitro recuerda que "me dirigí a él, le tendí la mano y le agradecí el gesto".

De todas formas, el colegiado envió el correo electrónico al club para pedir que trasladase su felicitación al joven jugador por esta actitud. Destaca también el comportamiento del técnico moañés "durante todo el partido, sin el más mínimo comentario a mi trabajo".

Sin duda, situaciones de deportividad como ésta son un ejemplo a destacar en un mundo del fútbol cada vez más competitivo y en el que en casi todas las jornadas hay ejemplos de conductas antideportivas incluso en categorías inferiores a lo largo de toda España.

Para el árbitro del Arcade-Moaña C estas situaciones "son las que me hacen seguir ligado al mundo del fútbol y del arbitraje en particular, pues estas cosas ayudan a mantener la ilusión, no solo a los árbitros, sino a todos los que estamos involucrados en la educación deportiva de los niños.

Aprovechó el escrito para desear una pronta recuperación a este mismo jugador, "que en el minuto 75 tuvo que salir del campo con un golpe en el tobillo izquierdo en un choque fortuito con un contrario".

En este caso, el fair play de un joven moañés tuvo su recompensa en forma de agradecimiento del colegiado. Lo importante es que cunda el ejemplo y los futbolistas del futuro de Moaña se acostumbren a ser honestos con los árbitros sobre el césped.