El Alondras juvenil se podía despedir virtualmente de la División de Honor si pinchaba ayer contra el Tropezón Sin embargo, un gol de Yeray en el minuto 82, cuando había entrado solo 6 minutos antes, no solo le da oxígeno a los cangueses, sino que hace que dependan de sí mismos en la última jornada, en la que el Alondras visitará al Roces asturiano.

Ayer los cangueses fueron superiores, pero los nervios les impidieron tener claridad de cara a puerta. Jacobo y Gabri se encontraron con el portero visitante en la primera mitad. Tras la reanudación, con Berto como mediocentro, los locales mejoraron y dos centros de Viñas estuvieron cerca de ser rematados por Jacobo. En el minuto 75 el árbitro anuló un gol al Tropezón y poco después un mal despeje de un defensa se convirtió en el centro que remató Yeray para marcar el 1-0 definitivo.