Mantener la mirada alta en la clasificación cuesta cada vez más en el Arosa. Ante el Barco tenía una buena oportunidad para seguir manteniendo crédito y, sobre todo esperanza, de pelear por cotas ambiciosas, pero el 1-2 definitivo cayó como un mazazo en el ánimo de equipo y aficionados. Quizá un resultado injusto, o hay quien puede pensar que no es así, pero es un marcador definitivo que, a la postre, ha dejado a los de Piscis en una duodécima plaza plena de incertidumbre.