Eduard Coll presentó ayer su dimisión como presidente de la Asociación de Clubes de Balonmano (Asobal) en el seno de la asamblea general extraordinaria de la entidad, que se desarrolló ayer en la sede social de la misma. Coll, que ha dirigido el organismo durante los últimos tres años y medio -concretamente desde el 25 de septiembre de 2012- justificó su decisión en "los incumplimientos de acuerdos puntuales aprobados en la Asamblea de Clubes así como la falta de confianza y las actitudes desafortunadas de algunos clubes que militan en la Liga Bauhaus Asobal 2015/2016", en una clara referencia a la oposición que a la gestión de Asobal se ha llevado desde entidades como el Balonmán Cangas-Frigoríficos del Morrazo.

La web de Asobal publica la renuncia del ya exdirigente, al que achaca "el refuerzo de los cimientos de Asobal" con el patrocinio de Bauhaus y la retransmisión de los partidos mediante la plataforma digital Movistar +, algo que "potenciará y unificará la imagen de la marca Asobal". Sin embargo, el mandato de Coll estará marcado por el bochornoso intento de expulsión de Cangas y Teucro, una maniobra que fue abortada tanto por el Comité de Competición de la Federación Española como por el Consejo Superior de Deportes.