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motociclismo

El motociclista precoz

Manuel Davila, campeón gallego de Minimotos, se inició en este deporte a los 5 años

Manuel Davila junto a su moto, ayer en Bueu. // Gonzalo Núñez

Apenas tenía cinco años y ya sabía que lo suyo eran las motos. La precocidad de Manuel Davila Lorenzo no sorprendió a sus padres, que asumieron con normalidad que este joven de Bueu quisiera probar suerte en la Escuela de Jorge Lorenzo en Pontevedra. "Le compramos una minimoto de estas de los chinos, se la preparé un poco, y a probar. Y en pocas semanas ya tuvimos que comprarle la de competición", relata el padre del talentoso deportista, Manuel Davila. "Le gustó, se llevó un par de buenos tortazos, no se asustó y quiso seguir. Es algo innato. La moto es lo suyo", añade.

Hoy, a punto de cumplir 9 años, Manuel Davila es el actual campeón gallego de Minimotos después de haber ganado todas las carreras de esta competición para los más jóvenes. A eso añadió el triunfo en el Memorial Dani Rivas y su presencia en algunas pruebas del Campeonato Nacional Interescuelas, solamente dos debido a que una enfermedad le impidió estar en más. Todo ello a pesar de que competir en Galicia es toda una odisea ante la ausencia de circuitos homologados. "O vamos a Forcarei o a Lugo. Y algunas veces entrenamos en uno de karts que hay en Serra de Outes. No hay muchas más opciones", señala.

Admirador de Márquez y de Rossi, el incidente entre ambos en el último Mundial de Moto GP le ha hecho perder toda afinidad hacia el italiano. "Ahora no quiere verlo. El otro día me regaló los cromos que tiene de Rossi y la gorra se la dio a la madre para que la usara ella", asegura. Toda una muestra de un carácter que también exhibe en pista. "Se cayó el otro día y dijo que ya no quería más moto, pero en una hora ya me estaba pidiendo que se la encendiera", afirma. Las caídas, pan de cada día para un piloto, ya son asumidas por los padres. "Al principio te asustas, pero luego te vas inmunizando. La madre no veía las carreras, se ponía de espaldas, pero te vas adaptando", dice.

El otro punto negro es el económico. "La licencia gallega es gratis, pero la nacional costará este año 400 euros", apunta. Un gasto al que hay que añadir la moto (1.700 euros) y todo el material. "Los deslizadores de rodilla, las ruedas... Todo se va gastando y tiene un coste", sentencia el padre del piloto.

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