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balonmano - Liga Asobal

La hora de Menduiña

Los problemas físicos de Soliño abren la puerta del primer equipo al extremo del filial

Adrián Menduiña lanza a puerta en el último partido del Luceros ante el Porriño. // Gonzalo Núñez

"Creo que podría aportar arriba. Evidentemente no al nivel que muestra en la Primera Nacional, pero sí que ayudaría". Quien así habla de Adrián Menduiña es uno de los hombres que mejor lo conoce, el entrenador del Luceros, Jose Figueroa. Y es que los problemas físicos de Suso Soliño suponen una buena oportunidad para el extremo derecho del filial, que podría alcanzar la Asobal en el año en que mejor rendimiento está ofreciendo. De hecho, el preparador del Frigoríficos del Morrazo, Víctor García, "Pillo", reconoce que es una opción viable ante los problemas del equipo en esa demarcación. "Tenemos que esperar. Todo depende de cómo evolucionará Suso y de cómo lo haga Menduiña", señala.

El planteamiento es sencillo. Las dos próximas semanas servirán de test para saber cómo se puede integrar el extremo en la dinámica del primer equipo. "Va a jugar muchos minutos y veremos cómo se desenvuelve ante equipos de mayor nivel a los que suele enfrentarse", afirma el técnico, antes de añadir que "yo, a la primera oportunidad que tengamos de hacerle ficha se la haremos". Después de los primeros minutos de Menduiña en el partido ante la selección chilena, Pillo apunta que "necesita algo de tiempo, de cómo lo vaya llevando, pero es un jugador que nos puede aportar contragolpe, frescura. Además, está completando una temporada espectacular". Asume que el salto a Asobal es importante "y aquí tendrá que poner más calidad y otros aspectos, pero es un elemento que está en el club y si tenemos que echar mano de él en algún momento no lo dudaremos". El único aspecto negativo es que al tener 24 años, una convocatoria con el equipo de Asobal le impediría bajar ya el resto del año a disputar partidos con el Luceros.

Jose Figueroa, por su parte, se deshace en elogios hacia su pupilo. "Es un hombre que vive el balonmano, que lo necesita todos los días, como jugador o entrenador, y además es muy trabajador y exigente consigo mismo". El técnico del Luceros admite que la eclosión de Menduiña lo ha sorprendido tan solo a medias. "Por una parte no, porque se trata de un jugador muy complicado para los porteros porque no sigue los patrones de lanzamiento de un diestro en el extremo derecho", señala, pero por otra, "hace tres o cuatro años era solamente un buen jugador, a secas". Lo que parece claro es que la Primera Nacional se le queda pequeña. "Cuando el peor registro de un chaval en un partido son seis goles...", afirma, antes de añadir que "marca los siete metros y aporta muchísimo al contragolpe por su velocidad". Ahora le toca demostrar sus cualidades arriba.

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