Difícil, sí. Imposible, no. Ésta es la mentalidad con la que el Frigoríficos del Morrazo comienza a preparar desde hoy mismo el partido de vuelta de la tercera ronda de la Copa EHF contra el CSM Bucarest. La plantilla disfrutó ayer de una merecida jornada de descanso, algo que el cuerpo y la cabeza demandaban después de los agotadores viajes y partidos de los últimos días. A partir de hoy en la mente del Cangas solo existe el choque del domingo contra el conjunto rumano, un encuentro en el que el equipo se vaciará para intentar remontar el 31-24 adverso cosechado en Rumanía.

A pesar del trasiego de los últimos días desde el cuerpo técnico ya han tenido tiempo para reflexionar sobre el encuentro de ida y de los aspectos a corregir de cara al domingo si el Cangas aspira a darle la vuelta al resultado. "Tienen que darse una serie de circunstancias para que eso sea posible. No podemos permitir que ellos muestren su mejor versión ni que jueguen cómodos. A su vez, nosotros tenemos que mostrar nuestro mejor nivel, como el que ofrecimos en varios partidos de Asobal, y no dejar que corran ni que marquen con facilidad desde la primera línea", enumera el entrenador del Frigoríficos, Víctor García "Pillo". Uno de los factores desequilibrantes del encuentro de ida fue la actuación del joven portero rumano, Iancu. "Le contabilizamos hasta 20 paradas. No podemos permitir que se convierta en el protagonista del encuentro", advierte Pillo. Y falta lo más importante: el apoyo incondicional de la afición. "Si juntamos todos esos factores y los agitamos en una coctelera con el apoyo de O Gatañal podemos tener opciones", destaca Pillo.

¿Y cómo se consigue todo eso? La respuesta del técnico es clara: hay que cambiar el chip de Asobal y subir la intensidad defensiva. Éste es uno de los aspectos que más les cuesta asimilar a los equipos españoles cuando juegan competiciones continentales, acostumbrados a un bajo nivel de permisividad arbitral en la liga Asobal y a que se señalen faltas con mucha facilidad. "En Europa no es así. Los árbitros son más permisivos y tenemos que adaptarnos a ello", subraya Pillo. El CSM Bucarest defendió como suele hacerlo en su liga y como se hace en el resto de Europa. "Su defensa no fue violenta ni marrullera, pero sí contundente. Probablemente algunos de sus jugadores no hubiesen acabado el encuentro si estuviésemos jugando en Asobal, pero nos toca a nosotros adaptarnos y subir la intensidad en defensa", argumenta el entrenador del Frigoríficos del Morrazo.

La plantilla canguesa dispondrá de tres sesiones de trabajo para preparar este encuentro histórico. Hoy y mañana entrenará por la tarde, con sesión de video y trabajo táctico en la pista, y el sábado volverá entrenarse en horario matinal. El técnico tendrá a su disposición a todos los jugadores, que no arrastran más que las habituales molestias físicas a estas alturas de la temporada. El equipo llega a esta cita con el CSM Bucarest con la tranquilidad de los deberes bien hechos en liga, donde suma 18 puntos en nueve victorias consecutivas. "La victoria ante Puerto Sagunto disipó las pocas dudas que podía haber tras la derrota en Bucarest. No se puede olvidar la trayectoria de este equipo hasta este momento; hay que ver con perspectiva lo que se ha hecho hasta ahora porque creo que es para sentirse orgullosos de esta plantilla", alaba Pillo.

A sus jugadores solo les pide dos cosas de cara al domingo. La primera es competir e ir a por su rival desde el primer momento. La segunda es jugar con cabeza. "No podemos volvernos locos. El margen es muy pequeño, pero no vamos a conseguir remontar en el minuto 10, 15 o 30 de partido. Lo importante es el resultado en el minuto 60", sentencia Pillo.