El telón de la competición europea se levanta hoy por segunda vez en la historia del Frigoríficos del Morrazo. Diez años después de aquella primera experiencia ante el Viborg danés la escuadra canguesa regresa a la Copa EHF, y lo hace en el encuentro que lo medirá al CSM Bucuresti (11.30, hora española, Sala Concordia Chiajna, con el arbitraje de los macedonios Dimitar Mitrevski y Blagojche Todorovski). Es el premio esperado, la recompensa al trabajo de los últimos años de una plantilla que sigue buscando su techo y que en esta ocasión explorará sus límites internacionales.

Ilusión es la palabra que mejor define el sentimiento de una escuadra que ha hecho los deberes con creces en la competición doméstica. Ocho triunfos consecutivos -lo nunca visto- lo acercan de modo importante a su objetivo de la permanencia en la Liga Asobal, pero también lo cargan de moral para una cita en la que disfrutar, pero también, por qué no, pasar la eliminatoria. Razones no le faltan a los de O Morrazo para ser optimistas, y la principal de ellas es el extraordinario momento de juego en el que se encuentran, con un bloque rindiendo al máximo y mentalmente muy poderoso.

La de hoy será una buena piedra de toque, no solo por el potencial del rival sino sobre todo por el miedo escénico que podría generar el moverse en una competición desconocida para la práctica totalidad del conjunto que dirige Víctor García, "Pillo". Será una prueba más de madurez para un equipo acostumbrado a marcarse metas.

Pillo subraya que la clave del duelo de hoy pasa por no perder la identidad, por mantener la filosofía de siempre del Cangas. Y eso pasa por ser fuertes en defensa y por desplegar un buen juego a nivel ofensivo, con reparto de responsabilidades. "Lo importante es que seamos nosotros mismos y que no nos montemos películas con la situación y la trascedencia del momento. Que consigamos ser el Cangas que venimos siendo en los dos últimos años. Si hacemos eso podemos ganar el partido", sentencia.

Fuera del apartado anímico, en el estrictamente deportivo, para el entrenador de los morracenses también están claras las consignas. "Tenemos que imprimir velocidad. No podemos jugar a su ritmo, entrar en un juego monótono y físico de este equipo. Necesitamos un ritmo vivo y hacerles correr", resume. Pillo recalca la relevancia de contar con la aportación de todos sus jugadores. "Tenemos dos partidos en apenas 72 horas y necesitamos que cada uno de nosotros esté muy centrado y no baje el nivel competitivo", señala. El Puerto Sagunto aguarda el martes pero hoy solo se piensa en el CSM Bucuresti y el estreno europeo para muchos.