El Frigoríficos del Morrazo llega al parón navideño con los deberes hechos. El conjunto cangués cerraba la primera vuelta del campeonato en O Gatañal y necesitaba ganar al GlobalCaja Ciudad Encantada de Cuenca para romper una serie de tres derrotas consecutivas, su peor racha de la temporada. El encuentro respondió al guión previsto de igualdad y tensión, un escenario en el que a este equipo ya no le flojean las piernas y ayer lo demostró con un sufrido triunfo (31-27).

Esos cuatro goles de diferencia no reflejan la igualdad que se vivió sobre la pista durante más de 55 minutos. Y eso que el Frigoríficos ayer empezó como un tiro. Los jugadores de Víctor García "Pillo" salieron enchufados y con un acierto descomunal de cara a la portería contraria. Fue en esos primeros compases del encuentro cuando gozó de su ventaja más clara hasta el final del partido (4-1). El Cuenca reaccionó con goles de Renaud y de Frade, sabedor de que no podía descolgarse a las primeras de cambio. Pese a ello el mando del partido le seguía correspondiendo al Frigoríficos, que tenía en Serafín Pousada a su jugador más acertado en ataque. El primera línea cangués anotó cinco de los diez primeros goles del Cangas en el encuentro y su acierto fue clave en esos minutos. El Cuenca llegó a igualar dos veces el electrónico (7-7 y 11-11, provocando un tiempo de muerto de Pillo en la segunda ocasión), pero sin llegar a ponerse por delante. Los ataques brillaron sobre las defensas y el Cangas tenía problemas para frenar Welsau, Renaud y Balaguer, que acabaron el primer tiempo con tres goles cada uno. Al descanso se llegó con un 15-14 después de que Balaguer lograse batir a Mijuskovic justo cuando ya moría el primer periodo.

El partido de ayer del Cuenca fue muy similar a su temporada, yendo de menos a más. Los jugadores de Lidio Jiménez igualaron de inmediato el encuentro y antes de llegar al minuto 35 ya habían logrado su primera ventaja (17-18). Fueron momentos de zozobra para el Frigoríficos, que además se veía impotente para frenar en ataque a su antiguo compañero, el pivote Víctor Frade. Tres goles consecutivos suyos pusieron al Cuenca con un 19-21. Los manchegos desplegaron entonces una defensa 4-2 mixta sobre David García y Muratovic, pero pese a ello el Cangas remontó con un parcial de 3-0 para ponerse de nuevo por delante (22-21).

El encuentro mantuvo la igualdad hasta el 25-25 (min.50), cuando llegó el momento clave. Una doble exclusión más que discutible sobre Serafín y Moisés Simes dejó al Cangas con cuatro jugadores en pista. En esos momentos de adversidad emergió la figura del Mile Mijuskovic. En primer lugar realizó un paradón impresionante a Balaguer desde el extremo, una acción que levantó al público y a sus compañeros. Luego el Cangas apretó los dientes y fue capaz de superar ese periodo de inferioridad sin recibir gol, todo un logro.

Esa igualdad se mantuvo hasta el 26-26, cuando Mijuskovic volvió a realizar una serie de paradas providenciales. En ataque los goles de David García y de Adrián Rosales, que ayer jugó mermado físicamente por un problema en el pie, permitieron recuperar los dos goles de ventaja a cinco minutos para el final (28-26). El técnico del Cuenca, que no cesó de protestar la actuación arbitral, pidió un tiempo muerto. Pero el Frigoríficos ya no estaba dispuesto a soltar un sufrido triunfo. Al final dos goles de Suso Soliño llevaron el marcador hasta un 31-27 y al Cangas a un merecido descanso navideño.

Con 16 puntos iguala la primera vuelta de la temporada pasada y, aunque todavía queda mucho camino por delante, ya tiene media permanencia en el bolsillo.