El entrenador es un animal en peligro de extinción en Aldán. Al menos ésa es la conclusión que puede extraerse de lo que está sucediendo esta temporada en el campo de San Amaro. En apenas cinco meses de temporada cuatro técnicos han pasado por el banquillo del Rápido Bahía y Job se convertirá este fin de semana en el quinto. Un récord negativo sin demasiados precedentes no solamente en el fútbol de O Morrazo sino incluso a nivel nacional.

El periplo de ceses de entrenadores comenzó en el mes de julio, poco antes incluso de que arrancase la pretemporada. José Manuel Duarte, que había ascendido al Alondras Juvenil a la División de Honor, era el elegido para ocupar el banquillo. Pero ni tan siquiera llegó a ponerse el chandal. La disputa de un amistoso ante el Celta B cuando ni tan siquiera el equipo había comenzado los entrenamientos fue el detonante de un enfrentamiento que derivó en la marcha del preparador.

El recurso de emergencia fue apostar por Félix Avendaño, joven preparador que estaba llamado a ser el ayudante de Duarte. Avendaño comenzó la temporada pero únicamente estuvo en el banquillo durante cuatro jornadas. El empate cosechado en Atios (0-0) no palió las tres derrotas anteriores frente a Alertanavia, Gondomar y Porriño, y la directiva decidió prescindir de sus servicios.

Su sustituto fue otro entrenador joven, Javier Fernández, aunque con experiencia tanto en el Erizana como en las escuelas del Val Miñor. Tampoco tuvo demasiado tiempo para demostrar su valía, ya que estuvo únicamente cinco encuentros como técnico de los de Aldán, en los que cosechó cuatro puntos. Se estrenó con una victoria por la mínima ante el Lalín (la única lograda por los cangueses esta temporada) pero luego empató con Estradense y perdió ante Verín, Marcón y Erizana, partido que desencadenaría su despido.

El último inquilino del dinámico banquillo del Bahía fue Javi Tenorio, un hombre llegado del Vilaboa pero que ya había dirigido hace años al equipo B de los de Aldán, ascendiéndolo incluso a la Segunda Autonómica. Dos puntos en cinco partidos -merced a las igualadas ante Pontevedra B y Arenteiro- es su balance, con derrotas por la mínima frente a Nogueira y Valladares y una más clara en cuanto al resultado ante el Pontellas, la que provocó su salida. Ahora Job intentará no seguir los pasos de sus predecesores y acabar la temporada como técnico cangués.