Al final de la primera vuelta era difícil imaginar que a estas alturas de la temporada el Balonmán Cangas se fuese a encontrar en esta situación, con un partido que será una auténtica final para la salvación. Pero la competición es larga y da muchas vueltas. El conjunto cangués recibe este sábado al Villa de Aranda Top Ribera (18.30 horas, O Gatañal) en un duelo en el que puede sellar la permanencia un año más en Asobal o en el que su situación se puede volver complicada, muy complicada.

El conjunto entrenado por Víctor García "Pillo" entrenó en la jornada del Jueves Santo y lo volverá hacer hoy, con una sesión de video y otra de pista. Plantilla y cuerpo técnico son conscientes de la importancia de este duelo ante un rival directo. Los arandinos llegan en su mejor momento de la temporada, aupados por los refuerzos incorporados durante el parón invernal. El Frigoríficos del Morrazo no conoce aún el triunfo en su feudo en lo que va de segunda vuelta, algo inaudito en un equipo que había convertido O Gatañal en un auténtico fortín.

La principal preocupación de los cangueses ahora es el estado físico de algunos de sus jugadores clave. El que tiene su presencia más complicada es Adrián Rosales, que sigue con fuertes molestias en su codo derecho a consecuencia de un golpe en el partido contra el Cuenca. El lateral no se ha entrenado al mismo nivel que sus compañeros y si finalmente llega al encuentro contra el Aranda será muy justo. También llegan con molestias físicas Iván Amarelle, que a sus problemas en el codo une otros en la zona de los aductores, y el central David García, con molestias en su tobillo dañado. Quien no estará seguro es Serafín Pousada, operado hace menos de dos semanas de una apendicitis.

Pillo admite sin ambages la importancia del enfrentamiento contra el Villa de Aranda. "Quizás no sea una final a vida o muerte porque quedan todavía ocho puntos por disputar, pero sí que en caso de triunfo dejaríamos prácticamente sentenciada la permanencia", afirma el técnico.

La clave volverá a pasar por la defensa y por la aportación desde la portería. "El Aranda es un equipo que vive mucho de los errores del rival y que impone un ritmo muy fuerte durante los 60 minutos. Tenemos que estar muy finos en defensa y finalizar bien los ataques, sin cometer muchos errores para no dejarles correr", advierte Pillo.

Los burgaleses fueron de los equipos que se reforzaron durante el parón liguero y las nuevas incorporaciones les han permitido dar un salto importante. No en vano llevan cuatro triunfos en los últimos cinco encuentros. La presencia del brasileño Oswaldo dos Santos en ataque y del pivote Mikel Redondo en defensa han apuntalado a un equipo que tiene en Diego Camino a un brillante director de juego, velocidad en los extremos con Álvaro Cabanas o Esteban y un potente lanzamiento exterior con el serbio Ilija Sladic. A ellos se une el gran momento de Javi Díaz en la portería, otra de las claves del resurgir arandino en la segunda vuelta del campeonato.