"A lo mejor no es lo más correcto decirlo así, pero debutar con la selección española es la hostia". Así de contundente y feliz se mostraba ayer el cangués Rodrigo Corrales después de debutar este fin de semana con la camiseta de la selección absoluta de balonmano, los conocidos como Los Hispanos. El joven portero jugó la segunda parte contra Suiza y salió en el siete inicial en la final contra Suecia. Una experiencia que supone una "motivación más para seguir trabajando" e intentar volver a una próxima convocatoria con el equipo nacional. Estos días ha recibido un montón de felicitaciones desde Cangas, Huesca o Barcelona. "Estoy gratamente sorprendido al ver el apoyo y el cariño de la gente. Creo que significa que como persona también lo estás haciendo bien", razona.

El cangués ya había recibido antes la llamada del combinado nacional para el Partido de las Estrellas y para un encuentro de entrenamiento ante la selección autonómica de Cantabria, pero esta Swiss Cup era su debut oficial con Los Hispanos para disputar un torneo de primer nivel internacional. "Es algo totalmente diferente y muy difícil de describir: hay orgullo, ilusión y es un auténtico privilegio defender la portería de la selección", intentaba explicar ayer después del viaje de regreso y antes de encaminarse hacia Huesca.

Aunque este torneo se disputó en Suiza para el cangués fue casi como jugar en casa. "Había muchos gallegos, tanto en el pabellón como en la calle", recuerda.

El balance que realiza es positivo, aunque también autocrítico y exigente consigo mismo. "El partido de Suiza no fue de los mejores de mi vida y ante Suecia no estuve tan bien como me gustaría", reconoce. Corrales llega aquí después de su excelente rendimiento en el Huesca y gracias a la llamada del seleccionador, Manolo Cadenas, que además será su entrenador la próxima temporada en el Wisla Plock de Polonia. "Sorprende su cercanía, es un auténtico sabio del balonmano. Me ha dado mucha confianza y yo intento devolvérsela. Antes de debutar me animó y me dijo que siguiese tranquilo", cuenta Rodrigo Corrales. De este debut con España se lleva también otro magnífico recuerdo: el de la convivencia. "Son un grupo de amigos. Deportivamente ha ido genial y he cumplido un sueño", afirma.

España acudió a esta Swiss Cup con un equipo joven y con una portería de futuro: Gonzalo Pérez de Vargas y el propio Corrales, que como todo jugador aspira a regresar a una convocatoria. "Es algo muy complicado, estos puestos son muy caros. Se necesitan muchas cosas y por eso tomé también una decisión arriesgada como ir a jugar fuera el año que viene", subraya. El portero quiere "seguir mejorando" y el Wisla Plock de Manolo Cadenas parade un lugar idóneo. "Sé que voy a tener que trabajar mucho y entrenarme con intensidad", reconoce.

Antes de ese momento aún queda el tramo final de la Liga Asobal, con seis partidos para disfrutar en el Huesca. "Ha sido una buena temporada y vamos a salir a tope, a dejarnos el último aliento", dice. Y también tiene ánimos para el Frigoríficos del Morrazo, para el que desea la permanencia. "Están haciendo una temporada brillante, buenísima. Lo que está haciendo el Cangas es muy complicado y tiene un mérito espectacular", sentencia.