Muratovic llegó a Cangas hace justamente una década, en la temporada 2003/04. Estuvo en el Frigoríficos dos temporadas, la última de ellas logrando la clasificación para jugar competiciones europeas. Luego jugó en Valladolid y Alemania, pero se podría decir que en realidad nunca se marchó de Cangas. Siempre ha vuelto de vacaciones a O Morrazo, de donde es su pareja y donde hace apenas mes y medio nació su hija, Maddi. Dentro de poco se cumplen cuatro años de su grave lesión en el hombro, cuando jugaba en el Flensburg alemán. Pero en las últimas semanas se ha abierto la posibilidad de un regreso: Muratovic está entrenando con el Cangas para probarse y tantear un posible regreso a la pista para echar una mano. Tanto a él como el resto de sus compañeros está siendo tratados por David Villar. El exportero delas categorías inferiores está realizando sus prácticas de quiropráctico y masajista en el club y sus manos están ayudando a que el retorno de Alen sea algo factible. Hoy se presentará junto al resto del equipo, a las 20.00 horas en el atrio de Darbo, y es posible que no sea la última vez que se le vea con la equipación oficial.

- Hoy se volverá a vestir la camiseta del Cangas para estar en la presentación oficial. ¿Significa eso que volverá a jugar?

- Es muy pronto para decirlo. En junio empecé a trabajar para fortalecer mi hombro derecho y la verdad es que ahora me siento mucho mejor. Cada día voy mejorando, pero no puedo decir nada porque es pronto y también hay que ver si me puedo adaptar a los sistemas de juego. Hay que ir día a día.

- ¿Cómo surgió este regreso a los entrenamientos para probarse a sí mismo?

- Siempre vengo a Cangas a pasar parte de las vacaciones y en el mes de mayo entrenó algo con el equipo o por mi cuenta. Como me conservo bien empezaron a animarme para ir un poco más allá y la verdad es que poco a poco me voy sintiendo mejor.

- ¿Durante todo este tiempo parado se le pasó alguna vez por la cabeza la posibilidad de volver?

- Cuando me lesioné en lo único que pensaba era en recuperarme para por lo menos hacer una vida normal. Está claro que no estoy para volver a jugar con un equipo grande, pero sí que veo que con trabajo y esfuerzo puedo echar una mano al Cangas. Si estoy bien intentaré ayudar al equipo, ya sea jugando 5, 10, 15 o 30 minutos para dar descanso a algún compañero. A lo mejor no serán muchos minutos, pero en ese tiempo lo daré todo al 100%. Pero aún hay que esperar un mes y medio para ver como va el hombro.

- Justamente ahora se cumplen diez años de su llegada a Cangas.

- ¡Sí! Me hace mucha ilusión estar hoy en la presentación. El Cangas fue mi primer equipo fuera de Montenegro y me gustará mucho volver a Darbo. Me siento como un niño.

- ¿Se ve preparado ante un posible regreso a las canchas?

- Ya no soy aquel chico de 23 años. Pero mantengo el tono físico y lo único a mayores son estas canas (risas). Cuando un jugador vuelve después de estar parado dos meses por una lesión le cuesta, así que imagínate después de cuatro años. Yo no puedo tener el lanzamiento que tenía antes, pero puedo ayudar en otras cosas. En estas semanas que estoy entrenando con los chicos creo que les puedo enseñar cosas y yo también estoy aprendiendo de ellos. ¡Es maravilloso!

- ¿Si vuelve a las pistas será para jugar sólo en el Cangas, sin plantearse la posibilidad de irse a otros equipos?

- Buena pregunta. Yo voy a trabajar duro y hacer un gran esfuerzo para jugar con el Frigoríficos. Si lo consigo, bienvenido sea. Pero mira, si aquí no estoy en condiciones de jugar al 100% tampoco tendría sentido ir a otro equipo.

- Lo que es evidente es que la liga Asobal de ahora poco se parece a la que usted conoció cuando llegó a Cangas.

- Está claro que el nivel económico ha bajado. Cuando yo vine aquí esta era la liga más fuerte y potente. Pero con todo lo que ha pasado el nivel deportivo se ha igualado más, los clubes han tirado de la cantera y cualquier equipo puede ganar a otro, salvo al Barcelona. Yo creo que ahora es más divertida.

- Cuando usted jugó en el Cangas el club aún se podía permitir algunas alegrías hoy impensables, pero ya entonces tenía claro que el camino era la cantera.

- Aquel Cangas nunca fue un grande económico y eso a lo mejor es bueno. El club está bien, no tiene deudas y lo que te promete lo cumple. Y eso es muy importante. El trabajo que está haciendo con la cantera es muy bueno y a lo mejor de entre esos niños sale algún nuevo talento. La mejor prueba de ese trabajo es que ahora mismo juegan en el primer equipo chicos que hace diez años apenas soñaban con la Asobal. Por eso el Cangas no ha sufrido tanto como otros que han desaparecido. No es fácil vivir con poco cuando te acostumbras a vivir con mucho o por encima de lo que tienes.

- ¿Se acuerda de cómo llegó a Cangas hace diez años?

- Era muy joven. Ahora soy el más veterano, sólo por detrás de Suso (Soliño). ¡Si él aún puede jugar quizás yo también! (risas) En 2003 yo quería salir de Montenegro y demostrar que tenía talento. Pero aquí nadie me conocía. Tenía ofertas del Torrevieja y del Cangas y alguien me dijo que viniese aquí, que siendo tan joven iba a mejorar porque era una liga muy potente. Y no fallé en mi decisión. Al principio me costó adaptarme, pero trabajé duro para quedarme aquí y mejorar.

- Aquel equipo estaba entrenado por el bueno de Alejandro López.

- Me acuerdo mucho de él. Disfrutamos mucho con él, nos llevó a jugar mucho mejor y a clasificarnos para ir a Europa.