La portería del Frigoríficos del Morrazo no hablará español la próxima temporada. El club cangués está a punto de cerrar la contratación del meta alemán Felix Schmidl, que compartiría demarcación con el montenegrino Mile Mijuskovic, que también está próximo a comprometerse con el Balonmán Cangas.
Schmidl cumplió ayer 24 años y militó la pasada campaña en el TV Bittenfeld de la Bundesliga 2, con el que alcanzó la séptima plaza de la competición. Es un joven valor de 1,90 de estatura y 88 kilos de peso y vendría en busca de vivir una nueva experiencia después de haber acabado sus estudios. Su idea es la de jugar un año en la Asobal antes de volver a su equipo en Alemania. El que posiblemente será nuevo jugador del Cangas ha estado a la sombra de los más veteranos Jürgen Müller y Daniel Sdunek, que se han repartido la mayor parte de los minutos sobre la pista.
La posible contratación de Schmidl viene avalada por Frank Nörenberg, técnico de la Federación Alemana de Balonmano, y no supondría una excesiva inversión para el club cangués, que haría con este jugador una apuesta similar a la de Kai Feldmann la pasada campaña. Schmidl quiere tomarse un año sabático tras finalizar sus estudios universitarios y emprender una aventura laboral y Cangas parece el lugar idóneo para hacerlo. La intermediación de Nörenberg, que guarda buena relación con los dirigentes del club local, ayuda bastante a que el acuerdo esté bastante próximo.
La negativa de Ricardo Candeias, un meta de mayor caché económico, ha permitido al Cangas pujar por una portería completamente extranjera, con Mile Mijuskovic y Felix Schmidl, un tanto más compensada en sus efectivos. El montenegrino partiría como teórico guardameta titular por su veteranía y experiencia jugando incluso competiciones europeas con equipos como el Lovcen Cetinje, el Sutjenska Niksic o el Budvanska Rivijera. Su respuesta debería producirse en las próximas horas, aún cuando el Gijón continúa apostando fuerte porque Mijuskovic se convierta en el primer fichaje de su proyecto para la Liga Asobal. Los asturianos han incrementado su oferta, pero en Cangas confían en sus posibilidades.
