Con la permanencia en el bolsillo después del triunfo a domicilio ante el Negreira, el capítulo de renovaciones ha saltado al primer plano en un Alondras que cerrará la temporada el domingo en casa ante el Céltiga y que piensa ya en la próxima campaña. Dentro de ese futuro proyecto, José Curiel será una de las piedras angulares. El entrenador se ha hecho merecedor a su continuidad después de haber cogido al equipo a falta de once jornadas y haber enderezado su rumbo para que no pasase más apuros de los necesarios para salvar la categoría.

El preparador vigués admite que "la idea es seguir un año más en el Alondras" y, aunque oficialmente todavía no hay nada confirmado, la intención del club es también que continúe con su trabajo en el primer equipo. En los próximos días se pueden dar los pasos necesarios para oficializar este compromiso que se da prácticamente por hecho. Es más, está previsto también que el técnico se reúna con el presidente de la entidad, Luis Guimeráns, para comenzar a perfilar cuestiones relativas a la próxima temporada. "Mi ilusión es poder realizar un buen año completo con el Alondras", admite José Curiel. Esto supondrá poder construir una plantilla adaptada a su filosofía de juego y a sus gustos. El técnico también tiene una conversación pendiente con el Areosa, al que ascendió el pasado fin de semana a División de Honor de Juveniles, y en el que se anticipa un posible adiós al banquillo para centrarse únicamente en el Alondras.

El técnico del conjunto rojiblanco valora lo conseguido este fin de semana en lo que ha sido un año "muy duro para mí por lo que supone a rendimiento en dos equipos diferentes. Lo que me mantuvo siempre en tensión fue el hecho de estar siempre cerca de los objetivos marcados", dice, en clara referencia a la lucha por el ascenso con el Areosa y por la permanencia con el Alondras.

En este último tiene palabras de agradecimiento a la plantilla. "Llegué en una situación complicada en cuanto a puntos y psicológicamente, y en la primera semana con solo 11 jugadores del primer equipo". Asegura que "me saco el sombrero con la plantilla porque hizo un trabajo de unión y esfuerzo para conseguir los objetivos. Un 10 para ellos".

Curiel reconoce que a pesar de que siempre hubo un colchón de puntos sobre el descenso, la sensación de peligro se mantenía en el Alondras. "Nunca estuvimos tranquilos desde mi llegada. Lo primero que hice fue ver el calendario y era complicado, recibiendo a Compostela y Ferrol y jugándonos todo ante Dorneda y Vilalonga a domicilio. Y al entrar en el vestuario me doy cuenta de que Mauro y Fernando están de baja y Andrés se va en una semana", afirma. "Dijimos que había que ver el peligro desde ese momento", añade. Subraya que "a pesar de que al principio no éramos capaces de ganar partidos, las sensaciones del grupo eran buenas. Pero estábamos muy al límite y cogerlo a tiempo nos dio opciones".