Fabián Orellana pierde fuera del campo todos los méritos que gana como futbolista. Ayer, el Valencia anunció que el chileno se marcha cedido al Eibar, que abonará 400.000 euros por la cesión del excéltico y se compromete a ficharlo al concluir la temporada si el club vasco se mantiene en Primera División. En ese caso, el conjunto valenciano recibiría 1,8 millones de euros más por un jugador que le costó 3 millones de euros.

Orellana completa así un año nefasto, que le ha llevado por tres clubes diferentes. Salió de Vigo de mala manera el pasado enero por un acto de indisciplina grave con Eduardo Berizzo, no cuajó en el Valencia y ahora intentará rehacer su carrera deportiva en Eibar, cuando está a punto de cumplir los 32 años de edad.

La inestabilidad ha sido una constante en la vida de un futbolista con más talento que cabeza. Un entrenador veterano como Mendilibar apuesta por Orellana para que le ayude a que el equipo armero se asegure la permanencia en Primera, como lo intentó Paco Herrrera en enero de 2013 poco antes de ser destituido como técnico del Celta.

Fabián Orellana: de la gloria al ostracismo

El Poeta, como le denominaron en su país después de que la selección chilena obtuviese la primera victoria de su historia ante Argentina con un gol suyo, ya no entrenó ayer en Paterna. El Eibar forzó su contratación a principios de octubre, para cubrir la baja del lesionado Fran Rico. LaLiga, sin embargo, no aceptó los argumentos del equipo vasco porque la lesión del centrocampista gallego se había producido antes del inicio de esta temporada.

En Mestalla, mientras tanto, Orellana se dedicaba a entrenarse y a ver al Valencia por televisión o desde la grada. Ya no contaba para Marcelino García Toral. Entonces llegó al rescate el equipo con el que debutó con la camiseta del Valencia, tras abandonar Vigo con rabia: "No me esperaba esta situación, para nada. No es la manera que debo salir del Celta. Me duele porque la gente me quiere mucho y le tengo mucho cariño. Si me tengo que ir, me iré triste por dejar el equipo y la ciudad", declaró entonces al diario chileno Emol.

El paso de Orellana por el Celta

En el Celta, el chileno había formado una excelente línea de ataque con Aspas y Nolito. Y el celtismo se las prometía muy felices el año pasado con un nuevo tridente: Orellana, Aspas y Sisto. Pero, nuevamente, su especial carácter le pasaba factura a Orellana, que de Granada también se tuvo que salir por la puerta de atrás.

Su última apareción con la camiseta celeste fue en Balaídos, el 11 de diciembre pasado, ante el Sevilla. Orellana disputó el partido completo. Unos días antes, en Atenas, marcaba su último gol con el Celta, ante el Panathinaikos. Después de las vacaciones de Navidad surgió el grave desencuentro con Berizzo. El club decidió prescindir del chileno, a pesar de que era una pieza importante para las aspiraciones de un equipo que llegaría a disputar una semifinal de Copa y otra de la Europa Liga.

El día que el Celta se enfrenta al Eibar y que Berizzo pasa por el quirófano en Sevilla, se anuncia que el poeta errante recala en Ipurua.