El senderismo está en auge y Deza goza de un potencial enorme para atraer aficionados a esta práctica lúdico-deportiva. La comarca tiene parajes que enamoran, entre los que, sin duda, están dos de sus polos turísticos, ambos en Silleda: La Fervenza do Toxa y el monasterio de Carboeiro, que ayer fueron punto de partida y de llegada de una ruta organizada por la Diputación de Pontevedra. Hay otros muchos lugares con encanto y algunos han sido puestos en valor durante los últimos años. Un ejemplo es la Ruta dos Muíños, en Rodeiro; eso sí, su estado actual dista mucho de ser el idóneo para ser recorrida.

Cerca de doscientas personas se desplazaron ayer a Silleda para participar en la primera de las siete rutas que ofrece el programa DepoAndainas 2019, cuya siguiente cita será el próximo domingo por las marismas de Catoira. Al poco de salir, desde la parroquia de Pazos, los caminantes pudieron disfrutar de la espectacular Fervenza do Toxa y los bosques que la rodean. En la meta les aguardaba una joya del arte románico cual es el templo monacal de Carboeiro, desde donde la mayor parte regresó en autobús a sus lugares de procedencia. El de ayer fue un paseo para recordar y, quizá, repetir más adelante.

Para olvidar fue el paseo de un rodeirense que ofició de guía para un amigo que no conocía la Ruta dos Muíños. "La decepción fue total por la situación en la que se encuentra, pues tiene zonas por las que casi no se pasa", escribió el desilusionado vecino en una red social. De hecho, ni se atrevió a colgar la ruta, "pues en estas condiciones no la puedo recomendar a nadie". A la denuncia se suma Unidade por Rodeiro, que demanda explicaciones ante el "lamentable estado" de una ruta "de la que mucho se presume y poco se trabaja". "Cuando el Concello acepta ayudas de la Xunta para potenciar este atractivo turístico, a qué van destinadas exactamente?", inquiere su portavoz, Alberto Lamazares.