Un total de 216 jugadores de ambos sexos convirtieron ayer el Manuel Anxo Cortizo en la Catedral del rugby autonómico a imagen y semejanza del situado al sudoeste de Londres, donde se encuentra el Museo Mundial del deporte del oval. El buen tiempo acompañó durante la celebración de la Copa Xunta sénior, Sub 16 y Sub 14 que ofreció hasta 34 partidos distintos en horario de mañana y tarde. Vigo y A Coruña se llevaron la palma en la máxima categoría, mientras que el Coreti Rugby Lalín, anfitrión de la cita deportiva, estuvo a punto de acariciar el título tanto en categoría masculina como femenina.

El palmarés definitivo de la Copa Xunta de 2018, en la categoría sénior masculina, estuvo encabezado por el Kaleido Universidade de Vigo, seguido por el CRAT coruñés, que finalizó el torneo en la segunda posición. Tercero fue el equipo A del Campus Ourense, cuarto el VII "abellón", quinto el Pontevedra Rugby, sexto el Barbanza Rugby y séptimo el conjunto filial del cuadro ourensanista. Mientras tanto, la competición sénior femenina fue dominada por el CRAT herculino, por delante del Rugby Ferrol y las "abellonas", que terminaron en tercera posición por delante del Campus Ourense, último clasificado.

La Copa Xunta también eligió ayer a los mejores conjuntos gallegos de categoría base. En esta ocasión, Vigo y Pontevedra fueron las localidades que alzaron sus respectivos trofeos después de una enconada competición. En categoría Sub 14, la victoria fue para el Kaleido Universidade de Vigo, seguido de Muralla Rugby y Os Ingleses. En Sub 16, por su parte, el Pontevedra Rugby se alzó con el trofeo, quedando el Kaleido en segunda posición y tercero el CRAT.

Numeroso público se dio cita durante la celebración del torneo copero, cuya ceremonia de entrega de trofeos contó con la presencia de, entre otros, el alcalde de Lalín, Rafael Cuiña, el edil de Deportes, Nicolás González Casares, y la exjugadora internacional "abellona", que hicieron entrega de algunos de los galardones. Álex Ferradás, presidente del Coreti Rugby Lalín, ejerció de maestro de ceremonias en un acto que concluyó con el tradicional tercer tiempo entre todos los presentes, que tuvo lugar en la cantina habilitada para la ocasión en el municipal lalinense. El ambiente de camaradería que siempre acompaña al tradicional broche de oro de los encuentros de rugby fue la tónica dominante.