Nico Luna es un apasionado del deporte. Con 18 años recién cumplidos ya tiene claro que estudiará INEF, algo que le permitirá ligar su trabajo a su pasión. Como muchos otros creció jugando al fútbol, formando parte de la cantera del Sporting Estrada. Con 16 años sin embargo decidió dar un paso más, sacando el carnet de entrenador de nivel 1. Eso le permitió explorar una nueva faceta, la de entrenador, que terminó ganando en la difícil decisión que tuvo que tomar.

El joven estradense se estrenó como entrenador en el Sporting Praíña en categoría cadete con 16 años, cuando solo sacaba unos meses a los jugadores más mayores de esa generación. No le asustó el reto y este año decidió repetir. "Tuve muy claro desde muy pequeño que me encantaba el deporte e, incluso en mi etapa como jugador, quería entrenar. Así que cuando tuve que elegir, decidí ser entrenador", explica un joven formado en el Sporting pero que vivió su última temporada en los juveniles del Guimarei.

Luna reconoce que la edad no ha sido hasta el momento un problema a la hora de dirigir a un equipo cadete. "No hubo ningún problema por la edad. Lo importante en este caso es mantener la distancia y saber que estás allí para entrenar. Tengo además un grupo muy bueno de jugadores, amigos muchos de ellos de toda la vida", explica un hombre que destaca por su personalidad y carácter como técnico. "Es cierto que tengo carácter pero me gusta que las cosas se hagan con ilusión", afirmó en el mismo sentido. Luna no se define sin embargo hacia un tipo de fútbol por encima de otro. "El primer objetivo como entrenador es competir con lo que tienes. Quieres que tu equipo dea la talla y eso implica a veces ser más defensivo y otras más ofensivo. Lo importantes que los jugadores aprendan a competir porque ya estamos hablando de una categoría cadete", argumentó el técnico estradense.

El equipo del Praíña de Nico Luna finalizó la temporada en Segunda Autonómica en la zona media de la clasificación, una buena actuación global para un equipo con una plantilla muy corta. "Empezamos con 17 jugadores pero nos quedamos con 15. Fue una decepción porque teníamos un jugador que marcaba diferencias pero fichó por el Santiago de División de Honor", lamentó.

Nico Luna quiere seguir en este mundo y ya tiene en mente realizar el curso de nivel 2 intensivo para poder hacerlo. Mientras, aguarda saber el futuro de la cantera del Praíña y su posible unificación con otras de la comarca. Solo confía en seguir teniendo un banquillo en el que sentarse.