El Embutidos Lalinense consiguió ayer una trabajada victoria en su viaje al rural vigués. Aunque en el seno de la expedición rojinegra ya se sabía de la dureza del compromiso, lo sucedido sobre la pista del Municipal de Lavadores no hizo más que corroborar la dificultad de hacerse con 2 puntos vitales para seguir pensando en la posibilidad de hacerse con la segunda plaza. El partido resultó embarullado de principio a fin, con muchas pérdidas de balón por ambas partes y fallos de cara a portería. Precisamente, el guardamallas visitante se erigió en protagonista de la contienda con un más del 50 por ciento de aciertos. Durán, que viene de una larga lesión, volvió ayer a demostrar su calidad a la hora de sacarle las castañas del fuego a los del Arena. El contragolpe dezano fue lo único que se pudo salvar de la locura vivida ayer en Lavadores, con dos equipos que pelearon con más corazón que cabeza, y que convirtieron el partido en un auténtico correcalles.

La pareja arbitral tampoco contribuyó al espectáculo, con hasta 11 exclusiones repartidas entre las dos escuadras. Los constantes parones tampoco ayudaron a un pobre espectáculo en el que lo mejor fue el resultado para los de Lalín, que suman su cuarta victoria consecutiva.