- ¿Cómo arrancó ese proyecto del CTM Recreo Cultural?
- Yo antes estaba jugando en el equipo de Lalín pero lo dejé después de tener dos hijos porque se me hacía complicado ir a entrenar y jugar allá. Aquí, en el Recreo Cultural, ya había varias personas que jugaban al tenis de mesa como Ángel, Carlos o Manu pero buscaban dar un paso más con alguien que los entrenase. Para mí fue una gran oportunidad, porque pude seguir ligado al tenis de mesa y al lado de casa. Cuando empecé no tenía mucha idea de cómo ser entrenador pero sabía cómo había que hacer las cosas. Hice un par de cursos de entrenador, de primer y segundo nivel,. La temporada pasada decidimos disputar la liga. Ya llevamos sin embargo más tiempo entrenando.
- La respuesta no ha sido mala, con catorce jugadores federados en poco más de un año compitiendo...
- Sí, y en un club que no deja de ser privado porque hay que ser socio del Recreo Cultural para jugar. El año pasado éramos más entrenando pero este año bajamos. Los deportes exigen mucho entrenamiento y teníamos muchos chicos de nueve y diez años, buenos jugadores. Sin embargo está el tenis, el fútbol, el baloncesto... y los entrenadores te piden tres días mínimo. En algún deporte incluso tienen cuatro. Los niños tienen que estudiar y descansar también. No pueden estar en varios deportes a la vez. Tienen que escoger. Nosotros aprovechamos el verano para que los niños conozcan este deporte e intentar que les guste.
- ¿A nivel deportivo también está contento?
- Supercontento. No es nada fácil ascender en tu primera temporada. Nos costó. Ángel y Carlos por ejemplo comenzaron a jugar en liga el año pasado y es necesario coger tablas. A pesar de la inexperiencia terminamos segundos empatados con los primeros. Esta temporada comenzamos perdiendo precisamente con ellos pero no nos desanimamos. No es como se empieza, sino como se acaba. Estoy contento porque al estar en esta categoría ya te encuentras con un nivel muy compensado y siempre vas a tener que luchar por ganar. Eso es bueno para los más jóvenes.
- Su meta una vez aquí será consolidar este proyecto.
- Por supuesto. Vamos a intentar llegar lo más arriba posible. Hasta Segunda Nacional creo que podemos llegar con este equipo y hasta Primera, también. De ahí para arriba ya necesitaríamos algún fichaje que también podría valer de entrenador. Eso ya es algo diferente porque necesita más presupuesto. Ya veremos cuando lleguemos a ese punto. Ojalá salgan grandes jugadores aquí y nunca necesitemos fichajes. Hacen falta figuras gallegas y españolas, para no tirar tanto de extranjeros. Intentaremos trabajar para conseguir jugadores estradenses de calidad. Para eso es necesario empezar a trabajar con los niños cuando tienen cinco o seis años. Carlos Delgado por ejemplo empezó con ocho años. Lo hizo con su padre, que jugaba a frontón y al tenis de mesa. Es una persona muy colaboradora con el club, como todos en general. El hijo está ahora muy metido en este deporte y creo que tiene un gran futuro. Intentaremos que crezca aquí sin tener que irse a otro lado.
- A Estrada no es sin embargo un lugar con mucha tradición de tenis de mesa.
- Para crecer más habría que trabajar fuera del Recreo Cultural. Habría que visitar los colegios por ejemplo o organizar torneos como ya hicimos. El gran objetivo sería crear unas escuelas municipales de tenis de mesa. Para eso estoy formando a los propios jugadores para que, llegado el caso, me ayuden con las escuelas municipales. Yo no puedo atender a todo. También se puede pensar en un filial de fuera del Recreo Cultural para los no socios. Esto es algo que todavía tenemos que debatir y decidir.
