Tras las derrotadas ante Ourense y Bande en la segunda y tercera jornada, el Estradense entró en momento de dudas. Para colmo de males, las bajas de hombres importantes asolaban a un equipo que dejaba buenas sensaciones pero que se descosía con demasiada facilidad ante equipos más contundente. Desde ese momento hasta hoy, el Estradense no ha vuelto a ceder ni un punto. Cuatro victorias en cuatro partidos, con doce goles a favor y solo uno en contra, es el gran balance de un equipo que parece haber encontrado su equilibrio sobre el campo.

Los estradenses no han recuperado jugadores, ni han cambiado su filosofía de tener el balón. Su principal cambio viene de una modificación de su dibujo, pasando del 4-2-3-1 presentado en el inicio de temporada a un esquema con tres centrales y carrileros, un 5-4-1, que está consiguiendo dar al equipo más solidez defensiva y al mismo tiempo más seguridad en ataque. "Fue una modificación que vino en parte por las bajas y en parte porque necesitábamos hacer un bloque defensivo más compacto", explica Alberto Mariano.

La línea defensiva ha pasado ahora a estar formada por Ander y Peiteado, con Pignol ejerciendo de libero. Esa línea de tres permite dar tranquilidad a Ander y Peiteado a la hora de sacar el balón y de ir a la disputa, ya que detrás cuentan con un experimentado Pignol para cubrirles las espaldas. "Ahora llegamos mejor a las coberturas. En los últimos cuatro partidos solo encajamos un gol, y fue evitable", manifestó Mariano, quien alabó la labor de dirección que hace el jugador de origen francés desde esa posición central.

Con el cambio atrás, el Estradense ha pasado a jugar con dos carrileros. Jugadores como Silva, Samu o Martín tienen ahora más libertad, quedando incluso la opción de usar a jugadores como Juanito en esa posición más retrasada en caso de buscar un carácter más ofensivo. Estos carrileros permiten aprovechar mejor las bandas y los espacios que crean hombres como Juanín, Vicente, Juanito o Arturo, con tendencia a irse al centro. Sin embargo, lo mejor para los rojillos es que la seguridad defensiva ganada con los tres centrales no ha mermado su capacidad para presionar tras pérdida o de destrucción en la medular para salir a la contra. Además, el equipo ha ganado descaro. "Cuando el equipo está fuerte atrás, los de arriba se atreven más porque están menos inseguros", explica Mariano.

A pesar de las buenas sensaciones de este nuevo esquema, el técnico tendrá ahora que tomar una decisión sobre si mantenerlo o no por culpa de la lesión de Pignol. El francés sufrió una rotura de fibras en el partido el domingo y su tiempo de reposo está por precisar. "Barajamos tres sistemas y en función de las bajas decidiremos", apuntó.

El próximo partido de los rojillos será en el campo del Beluso, un partido que ha sido adelantado al jueves a las 17.30. El equipo B recibe ese día (16.30) al Sigüeiro en la Copa do Sar.