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fútbol - Primera Autonómica

Corazón rojinegro

A punto de cumplir los 38 años, el capitán Suso anuncia su intención de dejar el Lalín tras vivir "la temporada más dura" de las 16 que lleva en el club del Cortizo

Suso, ayer, en el estadio Manuel Anxo Cortizo, su "hogar" los últimos 16 años. // Bernabé/Javier Lalín

El Lalín consiguió el pasado domingo un empate (1-1) ante el Esclavitud que sirvió para asegurar la permanencia matemática el Primera Autonómica. El tanto que terminó dando ese punto a los rojinegros lo consiguió un hombre poco acostumbrado a marcar, el capitán Jesús Granja "Suso". Fue un gol valioso, pero también un bonito punto y final a la vida como rojinegro del lateral dezano. Suso anunció ayer su intención de abandonar el Lalín este verano después de 16 temporadas ininterrumpidas. A punto de cumplir los 38, el jugador todavía no sabe si colgará las botas o aceptará alguno de los ofrecimientos que tiene de amigos que juegan en otros equipos. "Me siento bien y las piernas todavía me responden pero con mi edad está claro que mucho no me queda", afirmó.

Suso llegó al Lalín en el año 2001 de la mano de un entrenador que marcó gran parte de su trayectoria deportiva, José Manuel Alonso Acevedo. El asturiano fue el que lo convenció para dejar el Vilatuxe cuando solo tenía 21 años para formar parte de un Lalín que por aquel entonces era un equipo conocido en toda España y que peleaba entre Tercera y Segunda B. Suso nunca tuvo la calidad ni el trato de balón de la mayor parte de sus compañeros pero su garra en el lateral lo convertirían año tras año en el dueño del lateral derecho. El jugador forma parte de una histórica generación de jugadores de la comarca, una historia de amor con la cantera que tuvo quizás su punto más álgido con la fase de ascenso a Segunda B que disputaron con nueve dezanos en el once.

El recuerdo y Suso son lo único que queda en el Cortizo de aquellos años históricos. El Lalín es ahora un equipo que ha sufrido hasta la penúltima jornada para no caer a Segunda Autonómica. El lateral, que no dudó en seguir regalando su coraje al club en su descenso hacia los infiernos, ha decidido finalmente firmar su rendición. Lo hace entre críticas por la dirección que ha seguido el Lalín y hacia los dirigentes que con sus decisiones lo han llevado a la delicada situación actual. Ese descenso sin fondo supone un dolor inmenso para un hombre que reconoce haber vivido la temporada más dura de su carrera en el Lalín.

"En los últimos tres meses éramos siete jugadores entrenando y hace unos días fuimos a jugar diez y un lesionado. Ha sido un suplicio", afirmó. "Parece que siempre incidimos en los mismos errores. Hay gente que ha hecho las cosas rematadamente mal y que se han cargado el Lalín en el plano deportivo. Si no llegamos a empatar el domingo estábamos en Segunda y todavía salen en el periódico diciendo tonterías. Así no puedo seguir", añadió.

Suso se despide del Lalín deseándole un cambio de dirección y alabando el trabajo de Brais Vila para salvar a un equipo que estuvo cerca de plantarse y dejar de jugar.

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