El Embutidos Lalinense durmió esta noche fuera de los puestos de ascenso pero de nuevo con la posibilidad de soñar con algo más. Su victoria ante el Teucro permite a los dezanos mantenerse a un paso de donde quiere estar, un paso que les permite imaginarse cada siete días en lugar buscado. Ayer fue precisamente un día para imaginar. Los rojinegros se vieron ganando cómodamente al Teucro, en un choque en el que su mayor ritmo de juego y, principalmente, su mayor motivación parecieron ser suficientes. El sueño se completaba con una victoria del Xiria ante el Porriño que los situaría en puestos de ascenso. Ahí, el sueño se torció. El Porriño ganó, dejando al Embutidos Lalinense con el único consuelo de saber que el próximo sábado podrá volver a soñar.

"Estamos un poco más cerca del primero. Nosotros tenemos que hacer nuestros deberes, que es ganar los cinco partidos que nos quedan. Ahora mismo está todo muy apretado y todo puede pasar", sentenció un Milucho contento con el trabajo realizado por sus pupilos ante el Teucro. Los visitantes nunca fueron capaces de frenar el ataque de un equipo que corrió más y con más cabeza. En pocos minutos los de Milucho ya había abierto una brecha en el marcador que no era definitiva por culpa de su rendimiento defensivo. El 21-17 al descanso mostraba las dos caras del Embutidos Lalinense en esa primera parte.

Todo cambió en la segunda, los rojinegros apretaron en defensa y eso les permitió tomar una amplia renta que a los quince minutos parecía decisiva. En ese momento, el Teucro se fue del partido, con un parcial de 10-4 en ese tramo final.

"Fue el típico partido ante un equipo que a estas alturas ya no se juega nada. Sin embargo fuimos nosotros los que les hicimos irse del partido", apuntó un Milucho que alabó la actuación de Aarón, Jose y Miguel, los tres dezanos que militan en el Teucro.