Tras ocho años de intentos infructuosos, el Estradense consiguió en la temporada 1998-99 el ansiado ascenso a Liga Gallega juvenil. Lo hizo bajo el mandato del técnico cuntiense Severino López, un hombre que llegó al equipo en el mes de diciembre para sustituir a Ismael Fernández. A partir de su llegada, el equipo rojillo inició una imparable escalada en la clasificación. Con Severino en el banquillo, el Estradense terminó la temporada sin perder ningún partido más. Esta gran segunda vuelta de competición se culminaría con su victoria en una fase de ascenso a dos rondas.

En la primera de esas eliminatorias el Estradense se enfrentó al Narón de A Coruña, equipo con el perdió en su campo por 1-0. Dieron sin embargo la vuelta al marcador con un contundente 4-0 en A Baiuca. En la segunda ronda los estradenses se enfrentaron al Villalbés, una eliminatoria que arrancó en A Estrada con un 2-1 para los rojillos. El ascenso a Liga Gallega se cerraría en el partido de vuelta, con un resultado final de 3-2 (con goles de Uzal y Jorge) en el que hicieron valer el valor de los goles en campo contrario.

Con el ascenso conseguido, se enfrentaron al Viveiro, contra el que perdieron los dos partidos. En el jugado en A Baiuca cayeron por 0-3 y en la vuelta jugada en campo lucense la derrota fue por 6-0.

La plantilla de aquel equipo juvenil del Estradense estaba formada por Oliveira y Charly (porteros); Tucho, Pío, Pose, Rafa, Óscar y Manu (defensas); Javi, Uzal, Pacheco, Gonzalo, Temes, Carollo y Diego (centrocampistas); Héctor, Puente, Jorge, Unai y Arís (delanteros). Como ayudante del técnico estaba Piso, mientras que Zipi hacía las labores de delegado.

Severino López tuvo un papel clave en aquel ascenso a Liga Gallega. Su llegada, cambio de forma de juego y mentalidad fue clave en el despertar de un equipo que comenzó a encadenar victorias hasta el fin de temporada. "Era un equipo de guerrilleros", recuerda del entrenador. "Luego también tenía destellos calidad de jugadores como Temes, Uzal o Unai", añade. "Era un equipo con buenos jugadores, muchos de ellos de últimos año, pero que no estaba bien trabajado. Después empezamos a ganar todos los partidos, muchos por goleada. El único equipo que nos hizo algo de frente fue el Cruces, pero los dejamos atrás después de ganarles allí", explica.

Uno de los nombres propios de aquel equipo y posteriormente jugador del Estradense durante muchos años, fue Uzal. El centrocampista fue uno de los productos que dio la cantera puesta en marcha por la directiva presidida por aquel entonces por Alfonso Varela, comenzando en los alevines del Estradense y finalizando en el primer equipo. Uzal, que actualmente ejerce como ayudante de Javi Touriño en el club rojillo, recuerda con cariño la temporada del ascenso, en la que ya compaginaba el equipo juvenil con el primer equipo. "En el tramo final de temporada jugaba la mayor parte de los partidos con el primer equipo, pero me bajaron para jugar la fase de ascenso. Era un equipo muy competitivo, con la calidad de jugadores como Unai, Temes o Jorgito arriba", explica.

Uzal reconoce que el aquel Estradense dio un cambio radical con la llegada de Severino al banquillo. "Lo primero que nos dijo cuando llegó es que éramos muy malos. Nos hizo cambiar de forma de jugar, defendiendo más y buscando más el contraataque. Al final éramos un equipo muy unido, que sabía a lo que jugaba", afirma. "Tengo grandes recuerdo de aquel grupo porque estábamos muy unidos y también de los padres", recuerda.

Otro de los jugadores destacados de aquella época y actualmente presidente y coordinador de la Escola Estradense de Fútbol Base es Pacheco. El exjugador rojillo recuerda que la temporada no comenzó bien, quedándose sin entrenador a poco de empezar. "Tuvimos que juntarnos y protestar. Incluso fuimos a Radio Estrada para pedir que solucionasen el problema", explica. Tras la llegada de Severino, las cosas mejoraron. "No éramos un equipón, pero sí que éramos doentes. Durante la temporada fuimos muy superiores y no perdimos ningún patido pero en la fase de ascenso lo pasamos mal para subir. Después de ganar al Villalbés hubo una gran celebración e incluso nos bañamos en la fuente que había delante del Concello", recuerda el centrocampista. Para Pacheco, una de las claves era la buena relación entre los jugadores, amigos dentro y fuera del campo.

Uno de los jugadores que comenzó su andadura en el juvenil y terminó siendo historia en el Estradense fue el delantero Unai. El recién retirado capitán rojillo recuerda con cariño aquellos años. "Teníamos un buen equipo pero no teníamos ninguna aspiración. Era el típico año en el que lo pasas bien jugando. Fuimos sin embargo ganando partidos y nos dimos cuenta de que podíamos ascender. En la fase todos los equipos asustaban pero le echamos más narices que el resto y terminamos subiendo", explica. "Fue algo muy bonito. Nos sentíamos como si acabásemos de ganar la Champions. Recuerdo que mi madre nos tiñó el pelo de rojo a varios y Oliveira incluso se puso rubio. A alguno lo obligaron a teñirse de negro por encima", recuerda el capitán.

El Estradense juvenil desapareció al año siguiente tras descender de nuevo a Primera. Atrás quedará la historia de su ascenso, la que recordarán su protagonistas el próximo sábado durante su primer reencuentro.