El Estudiantil solventó ayer un duro test en casa ante el siempre combativo Galicia Mugardos. El partido siguió el guión previsto, con los de Gelucho llevando el mando del juego y los visitantes poniendo su físico y sus esfuerzos en favor de la destrucción. Las buenas sensaciones locales tuvieron que esperar al segundo tiempo para plasmarse en el marcador.

La primera parte estuvo marcada por la igualdad. Los de Gelucho propusieron más que su rival, con acciones combinativas y llevando peligro, especialmente por banda izquierda. Sus numerosos centros no encontraron nunca un rematador claro. Los visitantes por su parte se sintieron cómodos siempre que el partido entró en fases de disputa y lucha, un marco en el que el Estudiantil supo estar a la altura a pesar de su inferioridad física.

Tras la reanudación, el partido cambió radicalmente con el primer tanto. Una buena acción del equipo de Gelucho terminó siendo empujada hacia su propia portería por Daniel Rodríguez. Ese gol obligó al Mugardos a cambiar su planteamiento y a estirarse en busca de la igualada. A partir de ahí, los papeles se cambiaron y fueron los locales los que buscaron las contras para sentenciar. En una de esas acciones rápidas, Alberto terminaría consiguiendo el segundo tanto de la tarde. Desde ahí hasta el final el Estudiantil acumuló numerosas ocasiones para anotar un tercer tanto que nunca llegó.

Esta victoria permite al equipo de San Martiño afianzarse en la segunda posición e incluso recortar diferencias con la cabeza. El empate del Noia en Viveiro los deja a solo un punto del liderato. Por detrás, las derrotas de varios de sus perseguidores dejan una brecha de cuatro puntos entre el cuarto y el quinto clasificado. "Lo importante es seguir sumando y distanciándonos lo máximo posible de los equipos que nos vienen por detrás", manifestó Gelucho.