El Embutidos Lalinense Balonmán Lalín arrancó ayer de la mejor manera posible la temporada. Sin embargo, el conjunto entrenado por Milucho evidenció las inevitables carencias propias del arranque liguero tanto en defensa como en ataque. El conjunto dezano tiró de oficio para deshacerse de un Academia Octavio que no es él ni su sombra después del caótico verano vivido en el cuadro olívico. El conjunto visitante acudió a su cita en la cabecera comarcal dezana con tan sólo 11 efectivos en sus filas, que apenas presentaron batalla durante la hora de juego.

El encuentro comenzó siendo muy igualado, pero pronto se puso de cara para los de Milucho más certeros en su segunda línea que los académicos. De todas formas, el numeroso público que ayer acudió al multiusos lalinense presenció un choque bastante soso en contraste con el ambiente festivo que este fin de semana vive Lalín con motivo de sus fiestas patronales. Ramón y Gustavo se adueñaron de los extremos para que el Lalinense llegase a contar con la mayor diferencia de goles del choque, siete, en el ecuador del primer acto. Los locales supieron administrar sus ventajas para llegar al descanso con un cómodo 16-12 a su favor en el electrónico. Enfrente, los vigueses mostraron muy poco mientras el yugoslavo se hacía con dos tempranas exclusiones.

Segunda parte

La reanudación volvió a mostrar un panorama similar en ambos bandos. El Lalinense siguió evidenciando su falta de rodaje tanto en los errores de los lanzamientos de su primera línea como en las lagunas que presentó su todavía defensa en construcción, y el Octavio dio entrada a sabia nueva que hizo lo que pudo en un encuentro que conforme pasaban los minutos tenía cada vez más color rojinegro.

Unos y otros se dejaron llevar en la recta final donde el Academia Octavio aprovechó para maquillar el resultado final de su debut liguero en la Primera Estatal. Milucho repartió minutos entre sus jugadores cuando el partido se encarriló para los intereses locales mientras repartía órdenes intentando corregir los errores de los suyos.

Al final, lalinistas y académicos dieron por bueno el resultado en un encuentro típico de las fiestas de Lalín, como gustan decir en el seno del cuadro local siempre que se comienza la temporada en medio de la efervescencia lúdica de As Dores. Tanto Lalinense como Octavio tienen trabajo por delante para engrasar sus máquinas en un torneo que no ha hecho más que empezar, y en el que los de Lalín están llamados a ser unos de los principales animadores del campeonato.