El Agrupación Estudiantil consiguió ayer un valioso punto en San Martiño durante un partido que comenzó muy bien para los de Gelucho, pero que finalizó como el rosario de la aurora para los intereses de los de Loimil debido a dos polémicas decisiones arbitrales. El equipo académico mostró su mejor versión durante la primera media hora de juego, pero terminó siendo más práctico que vistoso debido a que tuvo que jugar con nueve desde el minuto 63.

Los de Gelucho mandaron desde el pitido inicial en un choque donde el Chantada apenas pudo frenarlos. El Estudiantil se encontró cómodo con el esférico en sus pies, desarrollando ese fútbol control que tanto gusta a su técnico, con buenas triangulaciones y llegando siempre con peligro al área rival. Pronto se le pusieron de cara las cosas a los estradenses, puesto que Colón conseguía abrir la lata a los 8 minutos con un certero disparo del área que se coló por la escuadra del portal defendido por Diego. El tanto afianzó al Estudiantil en la contienda, pero la fatalidad quiso que a cuatro minutos del descanso los lucenses se encontrasen con un tanto tras un despiste de la zaga local, que César consiguió enviar al fondo de la portería local.

Los locales entraron bien en la segunda parte hasta que Alejandro Miño dejó al equipo en inferioridad. El goleador ayer del Estudiantil fue el primero en marcharse al vestuario antes de tiempo después de ver la segunda amarilla en una rigurosa falta pitada por el trencilla ferrolano. El Estudiantil supo hacer de la necesidad virtud para sufrir y defenderse ante un Chantada que veía como en el 63 García veía una más que discutible roja directa. Con sólo nueve jugadores sobre la hierba sintética de San Martiño, Gelucho tocó a arrebato a los suyos, que siguieron vendiendo cara la piel frente a un Chantada que quiso pero no pudo. Al final, el punto supuso un mal menor para los locales.