Uno de los aspectos que todavía quedan por cerrar en el Balonmán Lalín después de que Paco Aguiar anunciara su renuncia al cargo, y la aceptación de Milucho, es qué pasará con el entrenador del Lalinense durante las dos últimas temporadas. En la directiva rojinegra dirimían aún ayer dónde poder ubicar a un hombre que está considerado como un activo de la entidad. En este sentido, la predisposición de Paco Aguiar de seguir vinculado al club haría posible su presencia al frente de banquillo de cualquiera de los equipos de la base lalinista. La buena sintonía existente entre mandatarios y entrenador hace pensar que el acuerdo para su continuidad en alguna tarea técnica será fácil de conseguir.

Existe, además, otro componente dentro del fichaje de Milucho por el Balonmán Lalín: La figura del segundo. Si con Paco Aguiar ese puesto lo terminó ocupando Roberto García, la posibilidad de que Milucho regrese a Lalín con un staff propio podría precipitar la marcha de un segundo entrenador que siempre mostró una gran compenetración con Paco Aguiar. Pase lo que pase, lo único seguro es que Milucho tiene plenos poderes para hacer y deshacer dentro del complejo organigrama de un club donde la apuesta por la cantera se acentúa todavía más con la presencia del pontevedrés.